Hace varios años, cuando Rogelio Rodríguez estaba por elegir su carrera, el cine ya estaba en sus proyectos. No obstante, este artista de efectos especiales consideraba que le hacían falta conocimientos formales sobre muchos de los realizadores y las cinematografías clásicas. Su relación con el séptimo arte había sido más bien lúdica, así que optó por estudiar ciencias de la comunicación sin poder quitarse de la mente esa inquietud.
Al finalizar su carrera, se dedicó a la publicidad con el fin de ganar experiencia filmando. Por aquella época los efectos visuales comenzaban a ganar terreno en la industria cinematográfica, pero en México la oferta académica en el área era escasa. Así que, previendo que pronto la animación sería más relevante, Rodríguez decidió ahorrar para viajar a Canadá y estudiar un posgrado.
Aunque en un principio su intención era terminar los estudios para volver a México, buscar proyectos para aprovechar sus nuevas habilidades, sus planes terminaron modificándose. Una vez que concluyó el posgrado, fue invitado a colaborar con algunos de los colegas que conoció en la universidad. Más tarde fue contratado por uno de los estudios de animación donde trabajó en Gnomeo y Julieta, comenzando con esa cinta su carrera en el cine.
Actualmente, Rodríguez se dedica al trabajo de layout, que constituye la primera parte de la larga línea de colaboración que implica la animación. Se establecen la cámara y las escenas de manera virtual, “ya después todo eso se pasa a los animadores y ellos empiezan a mover los muñequitos, digamos, o se pasa a otros departamentos, pero nosotros somos el inicio de todo el grupo de trabajo”, explicó en entrevista.
Dependiendo del tipo de proyecto, su trabajo puede variar. “La diferencia entre una película animada y una filmada es que en la primera puedes poner la cámara donde tú quieras y en la segunda todo ya se filmó en el set, entonces lo que recibimos nosotros se convierte a un espacio tridimensional virtual”, señaló el artista de efectos especiales.
Rogelio Rodríguez ha participado tanto en proyectos completamente animados como en los que sólo requieren de algún efecto especial o cambio en su entorno. Títulos como El Libro de la Selva, El Rey León, La momia o Men in Black International son algunas de las cintas en las que el mexicano ha trabajado.
Al tratarse de grandes producciones, la manera en que suele trabajarse es asignando una determinada cantidad de escenas a un estudio de animación entre varios posibles involucrados. “Un estudio funciona contratando al artista por el tiempo que el proyecto va a durar, y cuando se acaba también se terminó el tiempo. Es freelance tal cual, pero son contratos ya muy grandes”, contó Rodríguez sobre la dinámica más frecuente en la actualidad.
La manera de trabajar, casi itinerante, lo ha llevado a Estados Unidos, Reino Unido y Canadá. Entre los proyectos más recientes donde ha participado están la próxima cinta de Denis Villeneuve, Duna; la adaptación del videojuego Uncharted; una nueva entrega de la franquicia Ghostbusters y los esperados blockbusters Venom 2 y Matrix Resurrections.