Washington. La directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estadunidenses, Rochelle Walensky, reconoció ayer la confusión que existe sobre quién debería recibir un refuerzo, a pesar de que el país cuenta con más de 40 millones de vacunas disponibles contra el coronavirus y de la confianza de las autoridades en que habrá suficientes para las personas de más edad que califiquen y pidan dosis de refuerzo.
Para empezar, los refuerzos aprobados la semana pasada sólo serán para las personas vacunadas originalmente con Pfizer y su socio BioNTech. En este contexto, el director de Pfizer, Albert Bourla, afirmó que “es cuestión de días y no de semanas” para la autorización de su fármaco para los niños.
La semana pasada, Walensky avaló la mayoría de las recomendaciones de los asesores de dicha agencia sobre la administración de refuerzos seis meses después de la última dosis de Pfizer para ciertos grupos de personas.
Eso incluye a personas de 65 años o más residentes de hogares de ancianos y personas de 50 a 64 años con problemas de salud crónicos como diabetes. Los mayores de 18 años con problemas de salud pueden decidir por sí mismas si quieren un refuerzo.
No obstante, Walensky también pasó por alto las objeciones de los asesores y apuntó que las personas con mayor riesgo de infección debido a sus trabajos o sus condiciones de vida podrían calificar ahora para un refuerzo. Eso incluye a médicos, maestros y personas en cárceles o refugios para personas sin hogar.
“Reconozco esa confusión en este momento”, dijo Walensky al programa Face the Nation de la cadena CBS.
“Estamos evaluando esta situación en tiempo real. Ahora nos reunimos durante varias semanas para evaluar la ciencia. Es muy posible que ésta muestre que el resto de la población necesita un refuerzo y proporcionaremos esas pautas tan pronto como tengamos los argumentos necesarios”, declaró.
Cabe anotar que aún no se autorizan refuerzos para vacunas como la de Moderna o Johnson & Johnson.
Más de 70 millones de estadunidenses siguen sin vacunarse a pesar de los incentivos, entre ellos, boletos de lotería, comida o regalos, incluso súplicas de los agotados trabajadores de la salud. El promedio de muertes por día aumentó a más de mil 900 en las últimas semanas.
Las autoridades de salud federales y estatales indicaron que el suministro actual, de 40 millones de dosis, y su producción constante pueden adaptarse fácilmente a quienes busquen reforzar o aplicarse su primera vacuna, lo que evitaría repetir el lento arranque de la campaña de inmunización en todo el país a principios de este año.
Por otra parte, un juez bloqueó temporalmente la aplicación de un mandato de vacunación en las escuelas de Nueva York para sus profesores y otros trabajadores días antes de que entre en vigor.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, resaltó el arribo a Vietnam del primer lote de la vacuna cubana anti-Covid Abdala.
Bolivia y Nicaragua recibieron vacunas donadas por Estados Unidos y España, respectivamente.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dio negativo a una prueba para detectar el coronavirus después de permanecer aislado tras su regreso al país el miércoles desde Nueva York, debido a varios contagios en la comitiva que lo acompañó, informó el gobierno de su país.
Distintas ciudades de Noruega registraron varias peleas y disturbios al permitirse la reapertura de bares, restaurantes y clubes nocturnos por primera vez desde la pandemia. El viernes, el gobierno noruego abruptamente anunció que las restricciones a la actividad social quedaban anuladas a partir del siguiente día en el país de 5.3 millones de habitantes. El anuncio tomó por sorpresa a muchas personas y llevó a escenas caóticas en la capital, Oslo, y en otras ciudades.
Varios ataques informáticos dificultan el lanzamiento del pase sanitario contra el Covid-19 en Países Bajos, según informó el ministerio de salud.
El saldo global por la pandemia es de 231 millones 786 mil 735 contagios y 4 millones 747 mil 322 muertes, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.