Berlín. Los socialdemócratas ganaron por estrecho margen las elecciones celebradas ayer en Alemania, según resultados de la Comisión Electoral, y dijeron tener un “mandato claro” para liderar el Ejecutivo por primera vez desde 2005 y poner fin a 16 años de gobiernos encabezados por los conservadores bajo el mando de Angela Merkel.
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El Partido Socialdemócrata (SPD) tenía 25.8 por ciento de los votos, de acuerdo con resultados dados a conocer por la noche. La Unión Cristiano Demócrata (CDU) y sus socios bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU), de Merkel, cosechaban 24.1 por ciento de votos, el peor resultado en su historia (jamás había estado por debajo de 30 por ciento), pero ambas agrupaciones aún creen que podrán liderar el próximo gobierno.
El doble sistema de votación alemán, por candidato y por lista, confirmaría así al SPD como principal formación en el Bundestag o Cámara Baja del Parlamento alemán con 204 de los 730 asientos, mientras la CDU/CSU tendría 197, según proyecciones.
Alemania es una democracia parlamentaria en la que el canciller federal es elegido por los diputados del Bundestag, y no por voto directo.
Con ninguno de los bloques principales alcanzando mayoría, y ambos reacios a repetir la incómoda “gran coalición” de los últimos cuatro años, el resultado más probable es una alianza a tres bandas liderada por los socialdemócratas o los conservadores de Merkel.
Acordar una nueva coalición podría llevar meses y probablemente involucrará a los Verdes y al Partido Democrático Libre (FDP). Los Verdes se inclinan tradicionalmente por los socialdemócratas y los demócratas libres por la Unión, pero ninguno descartó ir en sentido opuesto.
Los Verdes, según la Comisión Electoral, tienen 14.6 por ciento, el FDP 11.5 y la ultraderechista Alternativa para Alemania 10.3 por ciento. La izquierda Die Linke cosechó 4.9 por ciento.
La participación fue de 77 por ciento, de los 60.4 millones convocados a votar, cifra similar a los comicios de 2017, indicó la cadena ZDF.
“Ahora estamos adelante en todas las encuestas”, anunció antes de los primeros resultados oficiales el candidato de los socialdemócratas, Olaf Scholz, en una mesa redonda con otros aspirantes luego de la votación. “Es un mensaje alentador y un mandato claro para formar un gobierno bueno y pragmático para Alemania”, agregó después de dirigirse a sus jubilosos partidarios.
El ascenso del SPD presagia un giro a la izquierda para Alemania y marca una recuperación notable para el partido, que ganó unos 10 puntos más de apoyo en sólo tres meses para mejorar la cifra de 20.5 por ciento que consiguió en las elecciones nacionales de 2017.
Scholz, de 63 años, se convertiría en el cuarto canciller del SPD de la posguerra después de Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schroeder. Ministro de Finanzas en la incómoda “gran coalición” gobernante de Merkel, fue alcalde de Hamburgo, donde nacieron Merkel y Schmidt.
Olaf Scholz, el candidato del Partido Social Demócrata (SPD) de centroizquierda para suceder a Angela Merkel, es uno de los políticos más influyentes de Alemania, con reputación de ser meticuloso, seguro y ferozmente ambicioso. Vía Graphic News.
Su rival de la CDU/CSU, Armin Laschet, señaló que su bloque aún no está dispuesto a reconocer una derrota, aunque sus simpatizantes estaban resignados.
“No siempre ha sido el partido que está en primer lugar de donde sale el canciller”, comentó Laschet, de 60 años, en la mesa redonda. “Quiero un gobierno en el cual todos los socios estén involucrados, donde todos sean visibles, no uno en el que sólo el canciller pueda brillar”, añadió en un intento inicial de cortejar a partidos más pequeños.
La atención se desplazará ahora a las discusiones informales que antecederán a negociaciones de coalición más formales, que podrían llevar meses, dejando a Merkel a cargo en un papel provisional.
Scholz y Laschet manifestaron que su objetivo sería llegar a un acuerdo de coalición gobernante antes de Navidad.
La líder de Los Verdes y candidata a canciller, Annalena Baerbock, señaló que su formación fue derrotada y reconoció “errores” en la campaña, y agregó que su partido “tiene un deber de cara al futuro”.
Merkel planea dimitir después de las elecciones, pero se mantendrá en el cargo de manera interina hasta que su sucesor rinda juramento, lo que convierte la votación en un acto que cambiará una era política y marcará el rumbo futuro de la economía más grande de Europa.
La canciller federal alemana se ha destacado en el escenario europeo casi desde que asumió en 2005, cuando George W. Bush era presidente de Estados Unidos, Jacques Chirac estaba en el Palacio del Elíseo en París y Tony Blair era premier británico.
El partido Social Demócrata (SPD) de centroizquierda de Olaf Scholz podría reclamar la cancillería alemana por primera vez desde 2005, según los resultados preliminares oficiales. Vía Graphic News.