Caracas., El gobierno de Venezuela rechazó ayer las agresiones contra migrantes de su país en Chile, al tiempo que comenzó una investigación por el ataque de este fin de semana a indocumentados cometido en Iquique, condenado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Unas 3 mil personas, con banderas chilenas y carteles protestaron el sábado contra la creciente llegada de migrantes en la norteña ciudad chilena de Iquique. Entre gritos xenófobos, un grupo quemó las pertenencias de indocumentados que acampaban en las calles y que la policía evitó que fueran golpeados por la turba.
Los Carabineros desalojaron el viernes por la fuerza a un grupo de más de cien familias venezolanas migrantes que pernoctaban en una plaza y se negaban a salir de Iquique. Esta plaza estuvo ocupada durante meses por cientos de familias venezolanas que llegaron a Chile y que no lograron encontrar un trabajo, una vivienda o la posibilidad de viajar a la capital.
La vicepresidente venezolana, Delcy Rodríguez, exigió a las autoridades chilenas respeto a la integridad física de los migrantes, y señaló que “el presidente Nicolás Maduro ordenó activar el Plan Vuelta a la Patria”.
Hasta la fecha, más de 25 mil venezolanos han retornado al país en distintos vuelos, desde que se inició el plan en 2018.
Los hechos ocurridos en Iquique fueron condenados por el Acnur y el relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, Felipe González, quien calificó la agresión de “inadmisible humillación contra personas especialmente vulnerables”.
El Unicef manifestó “su preocupación por la situación que están viviendo niños, niñas y adolescentes migrantes en Iquique y pide al Estado garantizar y proteger sus derechos, cumpliendo de esta manera con los tratados internacionales suscritos por el país”.
El ministro chileno del Interior, Rodrigo Delgado, advirtió que van a seguir los desalojos en todos los espacios públicos.