Este domingo, se plantó El árbol de los deseos, una “escultura orgánica”, propuesta artística del pintor Antonio Ortiz Herrera, Gritón, cuyo sustento estético, explicó, amalgama aspectos naturales, prehispánicos y simbólicos que echará raíces en el Parque Hundido, de la Ciudad de México.
También se “activó” la instalación escultórica flotante y sonora titulada Interconexión, de la escultora Beatriz Canfield.
Ortiz, en charla con La Jornada, expuso que su “escultura orgánica” es un proyecto de arte contemporáneo que se suma al roble plantado en el Centro Cultural Los Pinos, en memoria de los estudiantes muertos y desaparecidos el 10 de junio de 1971, en México, quienes fueron reprimidos durante una manifestación. (La Jornada/13/06/2021)
En esta ocasión, se plantó un árbol cazahuate, utilizando una pala manufacturada por el escultor Pedro Reyes. Pieza que es parte de su proyecto denominado Palas por pistolas, el cual tiene que ver con la campaña de donación voluntaria de armas en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, y que algunas de ellas fueron fundidas para hacer la herramienta empleada este domingo.
Como parte de la propuesta artística, Gritón también instaló una serie de largos listones de colores que representan “antenas vibratorias”, y el árbol se plantó junto con unas 700 hojas con distintos deseos escritos sobre papel amate, por vecinos de la zona y asistentes al acto.
La idea es que “los deseos escritos sean absorbidos por las raíces del árbol, lo recorran por su tronco y ramas, hasta llegar a las hojas, donde por medio de la “fotosíntesis”, los deseos quedarán fijados, de tal manera que el viento al agitar las ramas y hojas, transmita esos anhelos a la atmósfera y, como consecuencia del efecto mariposa, concepto que sugiere que el aleteo de un insecto en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York, así dichos deseos al dispersarse en la atmósfera puedan llegar a hacerse realidad”, apuntó Antonio Ortiz.
Asesorado por biólogos y antropólogos, explicó que el cazahuate es un árbol que en la cultura teotihuacana simboliza el centro del Universo y está asociado a la diosa del agua o de la lluvia. Una representación de esa planta se encuentra en el Mural de Tepatitla, que se encuentra en un recinto habitacional frente a la Pirámide del Sol, en Teotihuacan.
De manera orgánica, el cazahuate es un árbol caducifolio, resistente a las sequías. Llega a medir hasta 4 metros de altura y su floración es de octubre a marzo. Sus flores son blancas, con el cáliz finamente pubescente, y la corola mide de 4 a 6 centímetros.
Además de esos aspectos naturales, prehispánicos y simbólicos que conforman la “escultura orgánica”, se suma una emotiva historia familiar, contó Gritón, pues en el predio que ocupa el Parque Hundido, había una fábrica de ladrillos. “Mi abuelo paterno tenía una de las concesiones de esa ladrillera”.
A la deriva del viento
La escultura flotante y sonora Interconexión, de Beatriz Canfield, que se “activó” junto con El árbol de los deseos, la integran 28 anillos de acero al carbón de diferentes tamaños, pintados de blanco y suspendidos por tres puntos, explicó la creadora.
La pieza que estéticamente se despliega en el espacio, mide unos 4 metros de largo por 2.5 de alto y el mayor de los anillos tiene un metro y medio de diámetro. Es una especie de móvil monumental, que podría evocar el arte cinético. Es activada por el viento, que impulsa la fricción y el sonido. “La pieza hace referencia al espacio y las relaciones humanas”.
El árbol de los deseos e Interconexión están en la zona del audiorama del parque, ambas son propuestas artísticas auspiciadas por la Dirección de Cultura de la alcaldía Benito Juárez, que quedarán de manera permanente en el sitio.