Colectivos feministas y madres de víctimas de feminicidio y desaparición intervinieron el monumento donde estaba la escultura de Cristóbal Colón, en Paseo de la Reforma, y colocaron una figura de una mujer en madera con el puño en alto, “un acto simbólico para demandar que el nombre de esta glorieta sea ‘Glorieta de las mujeres que luchan’”.
Colectivos como Antimonumenta Vivas Nos Queremos, señalaron que esta intervención es para reconocer a las mujeres “que han dado su vida y dejado todo por construir y buscar justicia”. Destacaron que la lucha que emprenden las madres, hermanas, esposas, tías e hijas de desaparecidos y víctimas de feminicidio “es el movimiento más poderoso que hay en este país, pero consideramos que se ha invisibilizado”.
Indicaron que al margen de la decisión del gobierno de la Ciudad de México sobre la estatua que colocarán, piden que se renombre como Glorieta de las mujeres que luchan.
Al respecto, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció que dialogarán con colectivos feministas y madres de hijos de desaparecidos que colocaron la antimonumenta en la ex glorieta de Colón, con el fin de definir un espacio para colocarla.
“Vamos a revisar, no quisiera adelantarme. Vamos a evaluar porque, en el momento en que lo definamos y, en todo caso –sea ahí o en otro espacio–, vemos cómo lo resolvemos”, respondió al ser cuestionada sobre la posibilidad de que la antimonumenta permanezca en el sitio.
Como parte de la intervención que hicieron ayer, las feministas escribieron en las vallas metálicas que rodean el monumento los nombres de mujeres que han luchado por alcanzar la justicia como Marisela Escobedo e Irinea Buendía, madres de víctimas de feminicidio.
En el acto participó Lorena Gutiérrez Rangel, mamá de Fátima Quintana Gutiérrez –víctima de feminicidio en el estado de México. Manifestó que los familiares necesitan espacios de este tipo, “que se nos dé esta visibilidad a quienes luchamos por tener acceso a la verdad y la justicia, por amor a nuestros hijos”.
Por su parte, María Herrera Magdaleno, madre de cuatro jóvenes desaparecidos en Guerrero y Veracruz, expresó el dolor “tremendo” que los familiares de las víctimas cargan y señaló que hasta ahora, con 13 años de lucha, lo que ha encontrado son “palabras necias, oídos sordos y ojos ciegos porque, la verdad, de parte del gobierno no he recibido la atención necesaria”.