El primero de septiembre Díaz Ordaz en su Informe presidencial acusa al movimiento de planear el boicot de los Juegos Olímpicos. Amenaza con utilizar “la fuerza armada”. “Hasta donde estemos obligados a llegar, llegaremos”.
El CNH, en un manifiesto público: las fuerzas armadas en las calles no favorecen el diálogo.
El CNH discute lugar, fecha y hora y forma para el diálogo. Pide que el Ejecutivo se defina: sí o no al diálogo. Se convoca a una marcha el 13. Helicópteros que sobrevuelan la ciudad y lanzan volantes en contra de la marcha para el 13.
“La marcha del silencio” fue un gran éxito político y organizativo. El ‘Grito’ en CU lleno de simbolismo.
En la mañana del 18 llegó a la Facultad de Ciencias una carta al CNH del secretario de Gobernación, Luis Echeverría; por lo cercano de los Juegos Olímpicos, el gobierno federal estaba interesado en resolver a la brevedad posible el conflicto. Su estrategia real era apresar a todo el CNH. Todas las asambleas en intenso trabajo.
La respuesta del Estado fue el uso del Ejército para tomar Ciudad Universitaria la noche del 18 de septiembre, dirigida por los generales Gonzalo Castillo y José Hernández Toledo, el 12 regimiento de caballería, un batallón de fusileros paracaidistas, el batallón de ingenieros y los siniestros Guardias Presidenciales.
De nuevo la autonomía es mancillada. Represión colectiva, cientos de vivencias personales, unos se salvaron, otros no. Emilio Reza, encargado de seguridad del CNH, avisó en la puerta del auditorio. Pregunta ¿cómo lograron salir?
Adriana Corona de prepa 6: “Ese día correspondía a Medicina la reunión del Consejo, los diferentes representantes fueron llegando poco a poco. Ya había gente, entre ellos Myrtho, Ángel Verdugo, Javier Mastache, Félix Gamundi, del Poli, Manuel Gómez, de Música, Eugenia Valero, de Filosofía, Carlos Sevilla y Luis González de Alba. Faltaban muchos; Políticas, Ciencias, Medicina. Alberto Morales, que no era representante, y yo estábamos en la entrada. Salimos caminando entre tanquetas.
“En Filosofía y Letras una asamblea en el Justo Sierra donde participaron por primera vez luchadores obreros que contaron sus experiencias. Roberto Escudero se fue al Consejo. Al final nos reunimos el Comité de Lucha con dirigentes franceses de la JCR del mayo francés. Al poco tiempo de irse entró el Ejercito por el Circuito Escolar. Tuvimos tiempo de salir junto a los obreros hacia el Estadio Universitario, otros compañeros no pudieron hacerlo, atravesamos entre los tanques y logramos escapar”: María Eugenia y Jorge Mesta.
Santiago I. Flores, de Química: “escuché a Luis Cervantes Cabeza de Vaca dar la alarma. Salí con Miguel (Arciniegas?), el representante del posgrado de Ingeniería, en su coche que estacionaba en el Centro de Cómputo. Nos fuimos rumbo a la avenida Insurgentes, y lo increíble fue que los tanques estaban entrando por ahí, un tanque se detuvo y nos dejó pasar y nos fuimos por Insurgentes. Los militares obedecen órdenes, en esos momentos la orden era entrar a CU, más tarde sería detener a estudiantes. Increíble, pero cierto”.
Javier Mastache: “salí en un automóvil que me prestaban; junto con otros compañeros salimos a Insurgentes y como dejaban fluir el tránsito, nos tocó “ver la tropa” entrando todavía a las instalaciones, lo que nos hizo suponer que eran varios cientos de militares los que hicieron esa ocupación, vergüenza para todos los mexicanos”.
Mario Núñez dice: “lo recuerdo bien porque por andar salvando a Jaime Goded me detuvieron. Abajo del auditorio de Medicina había una reunión de padres de familia donde detuvieron a los padres, entre ellos al general retirado Valero, papá de Eugenia Valero”.
Marcia Gutiérrez, de Odontología, narra: “Alex Morelli de la parroquia universitaria asiló a Raúl Álvarez, de físico matemáticas, a Myrtho de la Wilfrido y a mí. Desde ahí vimos entrar a las tanquetas y a todos los soldados. Este grupo había atravesado en medio de tanquetas. Más tarde el superior le llamó la atención porque no podía haber mujeres y tuvo que sacarnos en su Volkswagen a la casa de la familia González del Pliego, que nos escondió hasta la mañana siguiente”.
Gastón Martínez Rivera: “Fernando Castillo y yo participábamos por prepa 8. Necesitábamos comer algo con café y cigarrillos, fuimos a la cafetería de Ciencias. Alguien gritó ¡está entrando el Ejército a CU, vámonos! El auto abajo en la puerta de la facultad. Antes tuvimos que sacar a Marcelino Perelló en su silla de ruedas. Salimos por la calzada. Avanzaban decenas de tanquetas militares, el Ejército ingresaba a CU con exceso de armamento. Regresamos para ayudar a Eugenia Valero de prepa 1 y otras compañeras. Nos fuimos a Plateros, donde estaban la maestra Lourdes, Armando Sayas y El Boche, un personaje muy conocido en Radio Universidad”.
Saldo: mil 500 detenidos, de los que sesionábamos del CNH sólo detuvieron a Romeo González Medrano, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. El 23 de septiembre el Ejército toma el Casco de Santo Tomás. Nefastos días.