Berlín. A un día de las elecciones legislativas en Alemania, que se auguran reñidas, la canciller federal Angela Merkel, que apoya a Armin Laschet, candidato de su partido, la Unión Cristiana Demócrata (UCD), y su rival Olaf Scholz, del Partido Social Demócrata (PSD), se emplearon a fondo en los últimos mítines electorales para movilizar a los indecisos.
Merkel, quien se retira del cargo de gobernante de Alemania tras 16 años de mandato y una aprobación de 66 por ciento, reiteró ayer su apoyo a Laschet, expresado los últimos días de esta campaña. “Se trata de su futuro, el futuro de sus hijos y el futuro de sus padres, y sólo cada cuatro años tienen la oportunidad de decidir a escala federal quién debe dar forma a ese futuro para ustedes en Berlín”, manifestó la canciller en un discurso en Aquisgrán, junto al democristiano Laschet.
Éste, de 60 años, bastante impopular y conocido por sus pasos en falso, “aprendió política desde cero y dirige este próspero estado de Renania del Norte-Westfalia”, elogió Merkel, describiendo al candidato como alguien capaz de “tender puentes entre la gente” y aceptar sus “diferencias”.
El candidato conservador también pasó al ataque y mencionó los peligros de un giro a la izquierda con Olaf Scholz, de 63 años, el moderado líder del PSD y ministro de Finanzas de Merkel desde 2018.
Pese a que la centro-derecha siempre ha tenido más de 30 por ciento de los votos en este país y cinco de los ocho cancilleres desde la Segunda Guerra Mundial han pertenecido a esta tendencia política, en estas legislativas podría tener el peor resultado electoral de su historia.
Laschet consiguió tener una pequeña ventaja sobre el PSD al inicio del verano, pero su imagen, riendo detrás del presidente Frank-Walter Steinmeier, cuando visitó a las víctimas de las inundaciones de julio, asestó un duró revés a su imagen.
Según los sondeos más recientes, los socialdemócratas tendrían en este momento 25 por ciento de intenciones de voto, frente al 21 a 23 de la UCD y su filial bávara, la Unión Cristiana Social.
El declive en los sondeos registrado por Laschet propulsó al vicecanciller Scholz, quien también intentó movilizar a los indecisos con promesas de “cambio” en su último mitin en Potsdam, su circunscripción.
Con su talante serio –o aburrido, según sus detractores–, Scholz prometió un aumento del salario mínimo y tuvo un guiño para los numerosos jóvenes que se manifestaron la víspera para reclamar acciones concretas contra el cambio climático.
El aspirante ha evitado cometer errores en su campaña y logró obtener apoyo popular al presentarse como el “candidato de la continuidad” de Merkel, más que Laschet.
Los Verdes, partido ecologista, podrían ser parte de una futura coalición de gobierno con 15 por ciento de la intención de voto, por delante del proempresarial Partido Liberal.
El Parlamento saliente (Bundestag) tiene 709 miembros, y ya es el más grande de la historia. Su tamaño estándar teórico es de 598 diputados, pero esto puede aumentar considerablemente debido al sistema de doble voto de Alemania.
En estas elecciones generales, los ciudadanos tienen dos listas para votar. En la primera se elige de forma directa a un candidato que se presenta por el correspondiente distrito electoral. Normalmente pertenece a un partido que lo ha determinado de antemano. Es decir, hay 299 diputados por votación directa.
En la segunda lista se vota por partidos. El porcentaje de estos sufragios en todo el país determina la cuota de representación de cada bancada en el Parlamento. A partir de esta lista se reparten de modo proporcional el resto de 299 escaños. Esta variante fortalece el voto de los partidos minoritarios, mientras el factor decisivo será la forma en que los votantes distribuyan el primer y segundo votos.
El sistema se complica con las llamadas “bancas adicionales”: si una organización partidista obtuvo más mandatos directos que los que le corresponde por la lista de partidos, se le otorgan las correspondientes diputaciones adicionales, incrementándose el número de integrantes en el Bundestag de Berlín.
Al mismo tiempo, los mandatos adicionales de un partido son igualados por mandatos compensatorios para los demás a fin de mantener la correlación de fuerzas. En 2020 fue aprobada una reforma bastante complicada de la ley electoral, que pretende evitar que el Bundestag siga creciendo.
La legislación electoral señala también como particularidad que sólo tendrán representación los partidos que alcancen por lo menos 5 por ciento de los votos o tres escaños de forma directa. Las agrupaciones que se sitúan por debajo de esa marca quedan fuera del Parlamento.