Para celebrar el natalicio 90 del pintor, muralista, escultor, grabador y docente Gilberto Aceves Navarro (1931-2019), que se conmemoró el 24 de septiembre, su hijo Juan Aceves presentó en las redes sociales un primer avance del documental sobre su padre en el que trabaja.
La fecha se iba a festejar en grande. En eso habían quedado. Desde su trinchera, Aceves cumplió la cita con todo y regalo.
“Es un gesto con el objetivo de abrir el diálogo con la comunidad de seguidores de mi padre para que volteen a ver el documental, no como una extensión de él, sinocomo fuente de cosas inéditas; más allá de lo que haya pintado o sus actividades comunes”, expresa en entrevista el director.
Fotógrafo de profesión, Aceves calcula terminar el largometraje Gilberto para 2022. Tiene 380 horas de material filmado y entre 30 y 50 horas para editarse en un filme de hora y media. A partir de 1991, año en que se fue a vivir a Nueva York, Aceves filmaba luego a su padre con una cámara Super 8 prestada. Sin embargo, en 2003 empezó a grabar regularmente cada viaje a México. Fue una actividad que llegaron a disfrutar mucho. Don Gilberto animaba a su hijo, “anda, niño Juanito, apunta tu lente”.
El aislamiento de la pandemia le sirvió al fotógrafo para revisar material, entender al personaje y adentrarse en su vasto universo. Como ya no estaba su progenitor, tuvo acceso “sin restricciones” a todo: las gavetas, los dibujos, los escritos, las libretas, las fotografías, los libros, los cuadros, los discos y hasta poemas que escribió.
Aceves piensa compartir en las redes sociales más avances del documental, incluso, “alguna escena que nos encanta, sin embargo no encajó en la narrativa”. Más adelante desea depositar el material adicional en manos de las instituciones pertinentes.
Entre lo público y lo privado
Respecto del enfoque del largometraje, señala que la narrativa no es “académica ni cronológica per se, sino que permite descubrir tanto al artista como sus múltiples relaciones de su quehacer con las personas que lo rodeaban, con su familia: todas las personas que lo quisieron”.
Esta mirada íntima incluye situaciones menos públicas, “sobre todo sus padecimientos al final de su vida. Entender el gran esfuerzo que tenía que hacer todos los días para continuar con su labor y cómo se aferraba a ello para seguir disfrutando a pesar de lo que tenía en contra”. Además del primer avance de Gilberto, Aceves planea otras iniciativas en torno a los 90 años de su padre, entre ellas, una que tendrá lugar el próximo 2 de octubre. Aún conserva la casa de la calle de Monterrey –taller y escuela del artista–, para la cual tiene un proyecto. “Pienso dar un giro a todo esto, para que sea más congruente con mi realidad. No vivo aquí, no he decidido quedarme en México.
“Tengo que tomar decisiones sobre todo este acervo. En este sentido, por fortuna, estoy bien asesorado; me van acompañando profesionales, como Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del Museo Universitario Arte Contemporáneo, se acercó a la Fundación Aceves Navarro para platicar sobre el destino del legado de mi padre. También Hilario Galguera, de la galería que lleva su nombre.
“Hay personas que me ayudan a dar la dimensión que requiere esta herencia que mi padre me dejó exclusiva. Es una responsabilidad que no asumo de manera ligera; al contrario, lo entiendo como un privilegio y algo que me rebasa un pocoen el sentido de que no soy curador ni pintor”.
Para la realización de Gilberto, Aceves trabaja con La Corte Editores. El avance del documental está en: www.whoisgilberto.com