El Metro de Moscú realizó una exhibición de pago por medio de reconocimiento facial antes de su puesta en práctica el 15 de octubre, el último ejemplo del rápido y a veces controvertido desarrollo tecnológico en Rusia.
“Los pasajeros no tendrán que llevar consigo su teléfono móvil ni tarjeta de acceso y tampoco algún boleto. Solamente deberán que proporcionar sus generales, una foto y sus datos bancarios en la aplicación”, explicó la vicedirectora del servicio de prensa del departamento de transportes de la ciudad, Anna Lapushkina.
En el metro moscovita, uno de los más frecuentados en Europa, el pago con el uso del reconocimiento facial reducirá el tiempo de espera, puesto que es “tres veces más rápido” que los métodos tradicionales, afirmó Lapushkina en una conferencia de prensa en la que los periodistas no fueron autorizados a preguntar.
De acuerdo con la responsable de transportes, se garantizará la “seguridad absoluta” de los datos personales, sin brindar más detalles al respecto.
Actualmente este sistema se prueba con voluntarios y empleados del Metro y el servicio estará disponible para todos a partir de mediados de octubre en las 241 estaciones de la gigantesca red, inaugurada en la década de 1930, en la época de Iósif Stalin al frente del Kremlin.
El servicio de prensa aclaró también que este sistema funciona incluso con mascarillas sanitarias, que aún son obligatorias en los transportes públicos, ya que basta con captar casi la mitad del rostro.
Los torniquetes solamente funcionarán ante personas reales y no frente a sus fotos, señaló la fuente. Además, los otros métodos de pago seguirán vigentes.
El reconocimiento facial se desarrolla de manera muy rápida en Rusia. Desde el comienzo de la pandemia se ha usado, sobre todo en Moscú, merced a sus decenas de miles de cámaras de vigilancia, tanto para controlar el cumplimiento del confinamiento, como de las cuarentenas.
En marzo, el mayor grupo de distribución en el país, X5, anunció la utilización de este método de pago en sus tiendas. Varias ONG rusas e internacionales han reprobado la utilización masiva del reconocimiento facial, subrayando abusos, filtraciones de datos y también, a veces, la falta de consentimiento.
“La utilización de esta tecnología tiene serias implicaciones, vulneran los derechos humanos y las libertades fundamentales y se usan para la persecución política, afirmó el viernes pasado en un comunicado Human Rights Watch.
Afp