Con orgullo y alegría pude seguir los actos que con motivo de las fiestas patrias, se realizaron en territorio nacional, así como los relacionados con la reunión de la Celac, realizada el pasado fin de semana. De manera particular, la invitación que el presidente López Obrador hizo a su homólogo de Cuba para participar en las celebraciones, con todo el simbolismo que tal hecho implica, me pareció de profundo significado para toda Latinomérica, con lo cual México vuelve a asumir el liderazgo que tuvo durante la mayor parte del siglo XX y sobre todo, a partir del gobierno del general Lázaro Cárdenas, el cual continuó hasta el de José López Portillo.
Recordé mis tiempos de universitario, cuando el gobierno estadunidense había ordenado la expulsión de la República de Cuba de la Organización de los Estados Americanos (OEA) con un sólo voto en contra, el del gobierno de México, así como la declaración de nuestro entonces presidente, Adolfo López Mateos, emitida en los dramáticos días de la batalla de Playa Girón y Bahía de Cochinos: “en este conflicto entre Estados Unidos y Cuba, México está con Cuba”, todo ello, a sugerencia del general Cárdenas.
Más de 60 años han pasado de aquellos hechos históricos, con los que nuestro país refrendaba su liderazgo y apoyo a los pueblos de América Latina, el cual había motivado a Naciones Unidas, a través de la Unesco, a solicitar a México el establecimiento de un conjunto de organismos internacionales dedicados a apoyar a las naciones latinoamericanas en sus esfuerzos orientados a mejorar la educación de sus pueblos, entes que han constituido un motivo de orgullo para nuestro país y entre los cuales podemos mencionar al Centro de Cooperación Regional para la Educación y Formación de Adultos en América Latina (CREFAL), al Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) y a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (con sede en San José) y escuelas en Argentina, Costa Rica, Ecuador y México.
Durante el periodo de los gobiernos neoliberales en México, estos organismos internacionales dejaron de apoyar a naciones latinoamericanas y del Caribe, buscando con ello mejorar las relaciones de dependencia económica con Estados Unidos, y reorientaron sus acciones a servir sólo a la Secretaría de Educación Pública, en detrimento de los servicios a los países de la región.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, la política exterior del gobierno mexicano ha sido radicalmente diferente hacia Latinoamérica, al ser reorientada a restablecer las relaciones con los países de la región, lo cual ha quedado de manifiesto desde el inicio del sexenio e intensificado con las acciones de las semanas recientes, como la reunión del CREFAL y la propuesta para modificar o sustituir a la OEA, buscando con ello recuperar el liderazgo de América Latina, no por el liderazgo mismo, sino con el propósito de formar un bloque económico fuerte y similar a los de Europa y Asia, lo cual les ha permitido mejorar sus capacidades de producción y fortalecer las economías de sus países más débiles.
En este contexto llama la atención que algunos funcionarios de segundo nivel de la Secretaría de Educación, que colaboran con su titular, Delfina Gómez, lejos de apoyar la política del gobierno mexicano, se estén dedicado a entorpecer las acciones de los organismos educativos internacionales mencionados, limitando y reteniendo sus recursos financieros, impidiéndoles desarrollar sus programas de trabajo y la colaboración con las naciones latinoamericanas, seguramente por falta de empatía e ignorancia de sus necesidades y objetivos, así como los compromisos gubernamentales existentes con la Unesco, que en nada abonan al cumplimiento de las políticas internacionales impulsadas por el Presidente de México.
Estos organismos internacionales, a pesar de las problemáticas con los gobiernos anteriores, han estado sobreviviendo gracias al trabajo de sus colaboradores, el esfuerzo de sus consejos directivos o de administración y el apoyo recibido durante la gestión de Esteban Moctezuma como secretario de Educación, sin embargo, se encuentran hoy en el total abandono por parte de la SEP, desde principios de este año, dificultando el cumplimiento de sus objetivos sociales, acordes con la ideología que los vio nacer.
Sería importante por ello que el gobierno y su Secretaría de Relaciones Exteriores, se apoyaran en estos organismos, aprovechar que se encuentran bien constituidos y cuentan con un marco legal de acción en materia internacional, situación que les facilitaría dar cumplimiento a las políticas y apoyos que el Presidente desea instrumentar hacia los países de América Latina y del Caribe.
* Director del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa