Integrantes de organizaciones indígenas y sociales marcharon ayer en el centro de la Ciudad de México para exigir que se desactiven los grupos paramilitares y otros colectivos responsables de actos violentos en Chiapas.
El contingente salió poco después de las 16 horas del cruce de Insurgentes y Reforma y caminó sobre Paseo de la Reforma, en medio de consignas en favor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y del Congreso Nacional Indígena.
Los manifestantes estuvieron encabezados por miembros de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México, quienes gritaron consignas como “Chiapas, Chiapas no es cuartel, fuera Ejército de él” y repudiaron la actuación del gobernador de esa entidad, Rutilio Escandón.
Los inconformes externaron su oposición a megaproyectos de la actual administración, entre ellos el Tren Maya, el Corredor Transístmico, el Aeropuerto Felipe Ángeles y la Refinería de Dos Bocas.
Al término de la caminata se realizó un mitin sobre avenida Bucareli, frente a la Secretaría de Gobernación, donde se denunció que en Chiapas existe un clima de “guerra civil” debido a que algunos grupos que se ostentan como organizaciones campesinas o civiles continúan hostigando a bases del EZLN.
Ayer mismo, un grupo de manifestantes “tomó” la representación del estado de Chiapas en la Ciudad de México, ubicada en Toledo número 22, colonia Juárez.
En un comunicado, los ocupantes subrayaron que “el origen del conflicto en Chiapas no son pobres matándose entre pobres. Son las empresas trasnacionales con finqueros encabezados por Rutilio Escandón. Por eso hoy volvemos a decir: ¡Basta del acoso a las comunidades zapatistas, basta de la paramilitarización del país y del saqueo indiscriminado de nuestros recursos!
“Vamos a tomar esta casa, para que sirva de plataforma para denunciar cada uno de los atropellos y la violencia del Estado, y que sea un espacio de encuentro para voces diversas.”