Resarcir una “deuda histórica de la cultura mexicana con la obra de Juan José Gurrola (1935-2007)” es uno de los propósitos de Todo está perdido, exposición retrospectiva de la trayectoria creativa de ese artista multidisciplinario, organizada por el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), que se abre hoy al público.
Para Mauricio Marcín, curador de la muestra, “el relato histórico dela cultura mexicana del siglo XX está incompleto si no se incluye a Gurrola como una de las figuras principales”.
Teatrero, pintor, cineasta, traductor, Gurrola incursionó en todo tipo de disciplinas artísticas al grado que resulta “inclasificable”, sostuvo en rueda de prensa virtual Marcín. Incluso, llamarlo multidisciplinario o transdisciplinario, “también es insuficiente, ya que desafía nuestras propias categorías de entendimiento.
“Juan José estuvo dedicado en cuerpo y alma, las 24 horas del día, a crear ideas, conceptos y generar situaciones culturales. Algunas de estas veces el mejor medio de expresarlo podría ser una obra de teatro, un dibujo, una pintura, una radionovela o un poema. Sin embargo, éstos eran sólo medios de expresión.”
Todo está perdido es el resultado de una investigación de 10 años realizada por Marcín en conjunto con la Fundación Juan José Gurrola, asociación civil presidida por su viuda, Rosa María Vivanco. Ocupa todo el segundo piso del MACG, espacio que presenta exhibiciones individuales o colectivas, que “ayudan al público a entender los fenómenos ocurridos en la transición del arte moderno y el arte contemporáneo o actual. Juan José es una figura que nos sirve para entender esto. Era muy cercano a lo que ahora reconocemos como el canon de la modernidad: la ruptura, no sólo en relación a la pintura, sino también a las formas viejas del teatro”, apuntó Marcín.
La exposición pretende darle un contexto conceptual para entender las acciones que hizo Gurrola y que en su momento no fueron bien valoradas, siguió el curador. Aunque es más conocido por su producción teatral, la muestra se enfoca en otras áreas que trascendieron menos.
La obra más temprana se remonta a 1961, mientras la última es de 2005; fue la puesta en escena de su traducción largamente trabajada de Hamlet, príncipe de Dinamarca, que tuvo dos temporadas en el teatro de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudió.
Todas las facetas artísticas en las que se manifestó Gurrola se incluyen en la exhibición. En lo que respecta a su pintura, hace mucho que no se veía. Su primera exposición formal fue en 1979 y la última en 1984, aunque en 2001 hizo un díptico. Hay muchos trabajos hechos con fotografía Polaroid en los años 80, así como registros de acciones, happenings, performances y sus “cábulas situacionistas”, o gestos espontáneos que le permitían trastocar la realidad.
Gurrola fue un adelantado a su época, que hacía cosas sin importar la reacción de la audiencia, porque tenía confianza en lo que hacía, afirmó Marcín.
También se abrirá al público el mural, de 17 metros de largo y 2.5 de altura, que Chantal Peñaloza realizó sobre una cortina translúcida en la planta baja del museo con vista a la calle. Para Mujeres en un jardín, la artista revisó la colección permanente del MACG, de la que seleccionó obras que contienen representaciones femeninas y de plantas. Las reproducciones de am bos elementos fueron recortadas para hacer una composición nueva en la que figuras femeninas de la colección se encuentran en una especie de edén o jardín fantástico.
Las exposiciones Todo está perdido y Mujeres en un jardín, se abrirán al público hoy a las 11:00 horas en el Museo de Arte Carrillo Gil, avenida Revolución 1608, colonia San Ángel.