Berlín. Alemania se prepara para pasar página a 16 años de poder de Angela Merkel, de 67 años, en unas ajustadas elecciones legislativas el domingo que hacen prever largos meses de negociaciones para encontrar un sucesor a la canciller federal conservadora, quien aún goza de un nivel de aprobación de 66 por ciento, mucho mayor al de cualquier candidato a sucederla.
Los comicios abren una nueva etapa política en Alemania, que ha tenido a Merkel en el poder desde 2005, y serán seguidos con gran atención ante la importancia política y económica de este país en la Unión Europea.
Un último sondeo publicado el martes situaba a la cabeza a los socialdemócratas liderados por el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, con 25 por ciento de intención de voto, por delante de Armin Laschet, aspirante de la Unión Cristiana Demócrata (UCD, el partido de Merkel), con 22 por ciento. El candidato es considerado el sucesor natural de la canciller, pero ha perdido popularidad en meses recientes, lo que puede llevar a los democristianos a una derrota histórica que los saque del gobierno que encabezaron 16 años.
La diferencia de sólo tres puntos porcentuales en las encuestas de intención de voto implican, tomando en cuenta el margen de error, una situación en la que no hay un puntero claro.
Scholz, aunque ha sido llamado “aburrido” por la prensa, desplegó una campaña en la que se presentó como el verdadero sucesor de Merkel, por promover austeridad y eficiencia, además de que se le percibe como un funcionario competente.
La imagen de Laschet, en cambio, se deterioró a partir de que se le fotografió riendo a carcajadas durante un recorrido por partes destruidas de Renania del Norte Westfalia, región que fue devastada hace unos meses por lluvias intensas, y de la que el conservador es ministro presidente.
Aunque Merkel le reiteró su apoyo y lo acompañó en varios actos de campaña, el candidato no ha logrado recuperarse y perdió de golpe 10 puntos en las encuestas.