San Sebastián. La película Mediterráneo, de Marcel Barrena, protagonizada por Eduard Fernández, Dani Rovira y Anna Castillo, y que se estrena en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián dentro de las Galas RTVE, busca que el espectador “empatice” con las vivencias de los refugiados a través de la labor de la Organización no gubernamental (ONG) Open Arms.
Barrena, en rueda de prensa en el conyexto del Zinemaldia junto al reparto del filme, resaltó que “la ficción no tiene barreras, y menos hoy. El cine tiene el poder de ilustrar, de crear memoria, derrotar la ignorancia y luchar contra el miedo.
“Ha sido la experiencia más enriquecedora que he tenido”, sostuvo el director, quien se congratuló de haber llevado adelante este proyecto “en medio de una pandemia y con lo que le pasó a Dani”, en referencia al cáncer que padeció y, finalmente, ha superado Rovira.
En esa línea, explicó que ha trabajado con Óscar Camps, fundador de Open Arms, durante cinco años para sacar adelante este largometraje, proyecto en el que también ha estado involucrado desde el principio Dani Rovira, porque el objetivo era “ser muy respetuoso y fidedigno” con la historia de la ONG y se ha mostrado agradecido de estrenar la película en San Sebastián, algo que, según comentó, “era nuestro sueño”.
Asimismo, explicó que en la película han trabajado mil refugiados reales de los campos en Grecia. En ese sentido, detalló que “el reto era cómo trasladar las imágenes reales de la televisión a la ficción”, para lo que ha sido “fundamental” la presencia de esas personas refugiadas que, pese a sus traumas por las tragedias vividas, “tenían la necesidad de contar su historia, de crear memoria y esto ha dado a la película un alma especial”.
Marcel Barrena, además, resaltó el trabajo de “inmersión brutal” en el personaje tanto de Eduard Fernández como del resto del reparto. “No estábamos haciendo una película, sino algo que necesitábamos realizar”.
La crisis humanitaria es un asunto inabarcable
Dani Rovira, por su parte, señaló que “no es fácil contar una cosa que es inabarcable”, como lo la crisis humanitaria que “azota el Mediterráneo desde hace tanto tiempo”. En esa línea, sostuvo que Camps les pidió que, pese a que se relata como surgió la ONG Open Arms, en el filme se vieran bien reflejados “los verdaderos protagonistas, que son las personas que han tenido que huir de sus hogares y separarse de sus familias. Hoy les ha tocado a ellos, pero quién sabe mañana”.
El actor malagueño señaló que todo se hace a través de unos personajes “de carne y hueso, que podríamos ser cualquiera de nosotros”, al tiempo que insistió en que “es la historia de gente pequeñita, anónima que ha salvado miles de vidas”. Además, destacó que se ha buscado que el espectador “empatice con los migrantes. Creo que lo hemos conseguido a través de estos personajes tan humanos”.
Por su parte, Eduard Fernández, quien encarna a Óscar Camps en la película, contó que cuando le presentaron el proyecto se planteó que había que tener “cuidado de que no fuera un panfleto”. Sin embargo, consideró un “buen punto de partida que se narrara la historia de Open Arms desde su inicio”.
Asimismo, opinió que es “interesante” la oportunidad de “quitar prejuicios, porque hay gente que tiene dudas sobre lo que hace la ONG, que ha hecho el bien, y eso no es juzgable”.
Fernández aseguró que trabajar en el filme le “quitó el parapeto” y ha podido vivir la experiencia “como algo cercano, que pudiera pasarle a un hermano o a mí mismo”. Declaró que el hecho de que muchos refugiados sean de clase media “pone un espejo delante y la sociedad occidental debería pensar en qué colaboramos para que esta crisis no sea así”.
Anna Castillo, por su parte, afirmó que con Mediterráneo intentan “recrear una realidad de la que estamos muy lejos” y que los actores abordan “desde la protección absoluta”. Por ello, admitió, el rodaje ha sido “difícil e incómodo” en ocasiones, pero se siente “afortunada” frente a la situación que viven los refugiados. Ha sido una experiencia increíble”.