Monterrey, NL., El albergue para migrantes Casa Indi, en esta capital, quedó saturado desde el domingo anterior por la llegada de cientos de haitianos; por ello, decenas de migrantes debieron pasar la noche del martes a la intemperie, bajo la lluvia y cubiertos solamente por toldos.
Los indocumentados soportaron un intenso aguacero que azotó a Monterrey y su zona metropolitana, ocasionado por el frente frío número 1, usando láminas de cartón, bolsas y cualquier material que hallaron para cubrirse.
“Fue una noche muy difícil, hizo frío y la lluvia mojó nuestra ropa y zapatos, los niños lloraron y fue muy complicado”, señaló Milton, un joven de 23 años que dejó su natal Haití y pretende cruzar a Estados Unidos para encontrar empleo.
El sacerdote católico Felipe de Jesús Sánchez, encargado de Casa Indi –refugio para migrantes que se encuentra en el centro de Monterrey–, indicó que el lugar tiene espacio para 300 personas, pero puede extender su capacidad hasta 750.
Sin embargo, para este miércoles había en el albergue más de 900 haitianos, a quienes se sumaron más de 400 indocumentados de otras nacionalidades que ya estaban en el recinto. Sánchez señaló que dos mujeres originarias de Haití arribaron a Casa Indi con labores de parto; ambas recibieron asistencia médica y dieron a luz en el Hospital Universitario Doctor José Eleuterio González.