Ciudad de México. El PAN tiene el reto de construir una candidatura presidencial con posibilidades reales de éxito para 2024, así como el de ir generando la expectativa de cambio en la sociedad, dijo el ex consejero electoral Benito Nacif al participar en un foro realizado en el marco del 82 aniversario de este partido.
La bandera de Acción Nacional debe ser la del cambio frente a los resultados de un gobierno que ha dejado mucha insatisfacción, destacó en el encuentro intitulado “El Rol del PAN en el Nuevo Sistema de Partidos”.
También participante en el foro, Luis Felipe Bravo Mena, ex dirigente del blanquiazul, consideró que el sistema político está de regreso a la construcción de un gran partido hegemónico, casi de estado. Ante ello, el PAN debe reforzarse como escuela de ciudadanía, pues no va a haber pluralismo si no hay ciudadanos actuantes y participativos.
De igual manera debe retomar lo que hizo cuando el sistema estaba cerrado, esto es, ser factor de diálogo. La peor ruta que puede tomar es la radicalización y polarización, enfatizó.
Recordó el también ex candidato a la gubernatura del estado de México, que a pesar de los ataques, su partido nunca fue polarizante, sino siempre de dialogo y de esa manera se convirtió en actor de la transición democrática.
La historiadora María Luisa Aspe se refirió al acercamiento de un grupo de senadores con el dirigente del partido de ultraderecha Vox, al advertir que hay sectores del PAN que tienen la tentación de la radicalización ideológica de derecha y de instrumentalizar lo religioso, en especial el catolicismo, con fines electorales.
Estimó que con esa estrategia, se lograría la polarización de una base muy pequeña del electorado que no puede revertir tendencias electorales. Además se perdería de manera definitiva la brújula y la identidad en momentos en que el número de militantes ha decrecido y están en riesgo el registro de Acción Nacional.
La académica expuso que esta fuerza política sigue debiendo a sus militantes y electores el indispensable mea culpa por el distanciamiento de su legado histórico desde su triunfo en el año dos mil.
También debe un análisis crítico ante su desorientación identitaria, subrayó al exponer que el panismo se mimetizo en varios aspectos con su enemigo, el PRI, y algunos dirigentes se caracterizaron por su falta de altura moral, su frivolidad y ostentación.
El blanquiazul dejo de ser ante todo escuela de ciudadanía, se abstuvo de formar y aprovechar liderazgos, para reciclar a los mismos de siempre, además de desconocer sus propios procesos democráticos, subrayó.
Para María Luisa Aspe, el PAN debería abrevar de la riqueza identitaria y rebasar por la izquierda, dotando de contenido real la retórica de izquierda que se impone desde la primera magistratura del país en lo qu hace a las deudas sociales que hay en el país.