San Cristóbal de Las Casas, Chis. La organización Sociedad Civil Las Abejas, a la que pertenecían los 45 indígenas tzotziles masacrados en Acteal el 22 de diciembre de 1997, criticó el trato que con la Guardia Nacional le da el gobierno mexicano a los migrantes centroamericanos y haitianos que buscan llegar a la frontera norte.
“Es indignante el trato, cruel e inhumano, que se da a las mujeres y hombres migrantes que arriesgan la vida, su salud y su familia cuando intentan huir del desastre que los mismos países ricos han provocado en sus tierras con sus políticas imperialistas, junto con la vida podrida por el crimen organizado que es quien realmente gobierna ya en sus lugares de origen”, agregó.
Señaló que “la Guardia Nacional es el cuerpo represivo que ahora está encargado de hacer el trabajo mandado por Estados Unidos para contener violentamente a los hermanos migrantes centroamericanos que tratan de atravesar México para buscar refugio y trabajo en el norte”.
En un comunicado, sostuvo que “con la misma saña y arbitrariedad de Migración en Estados Unidos, la Guardia Nacional y los agentes de Migración mexicanos obligan a regresar a sus países con lujo de violencia, insultos y golpes a los migrantes haitianos y centroamericanos que esperan asilo político en la frontera mexicana o que viajan hacia allá”.
Eso, abundó, “cuando no participan directamente en su secuestro, extorsión y tortura sexual”.
La agrupación también manifestó que “otro ejemplo preocupante de la forma en que el mal gobierno intenta aumentar su control sobre nuestros territorios para avanzar en la construcción de sus megaproyectos ha sido la compra y paramilitarización de grupos que antes se oponían al gobierno, como la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO)”.
Añadió que esta agrupación —uno de cuyos principales dirigentes, José Pérez Gómez será el primer regidor del próximo ayuntamiento—, “mantiene en Ocosingo un cerco armado contra las comunidades zapatistas de Nuevo San Gregorio (en Moisés-Gandhi) y que en días pasados secuestró a dos hermanos miembros de la Junta de Buen Gobierno del Caracol Patria Nueva, liberados tras ocho días de estar secuestrados, gracias a las presiones nacionales e internacionales y a las valientes gestiones realizadas por dos párrocos de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas”.