Agremiados del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (Sutgcdmx) acudieron ayer a las urnas para elegir a Aarón Ortega Villa como nuevo dirigente y quien fue el único candidato al cargo, luego de que fuera respaldado por unanimidad por todos los secretarios de la agrupación.
En la jornada que por primera vez se realizó por medio del voto directo, se registraron dos incidentes, el primero en Tláhuac y otro en Xochimilco.
Por la mañana, un grupo de sindicalizados impidió la instalación de las casillas y en el segundo caso las urnas fueron quemadas por trabajadores inconformes con los comicios, al considerar que no se abrió el proceso a más participantes y se impuso la candidatura única.
Hugo Alonso Ortiz, del comité electoral y líder la sección 1, de limpia y transporte, aseguró que en ambas alcaldías se retomó la votación con vigilancia de policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, mientras en el resto no se registró ningún percance.
Segundo gremio más grande en la capital
La renovación de la dirigencia del sindicato, el segundo más grande del país después del de Trabajadores de la Educación (SNTE), quedó pendiente desde enero de 2020, cuando el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje anuló y ordenó la reposición del proceso en el que Alonso Ortiz se había proclamado ganador.
Desde entonces, la organización sindical quedó a cargo, de manera provisional, de un directorio integrado por representantes de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) y del propio gremio local.
Ortiz explicó que todos los secretarios generales dieron su apoyo a Ortega Villa, pero conforme a los estatutos, aunque no se registró otro aspirante, la elección se debe de hacer por medio del voto libre y secreto de los trabajadores, por lo que se convocó a la jornada electoral que se desarrolló de las 8 de la mañana a las 6 de la tarde.
Maximiliano García, quien aspiraba a dirigir el gremio, señaló que “se hicieron modificaciones a modo en los estatutos para impulsar una candidatura de unidad”, en los que para el registro de candidatos se requería haber formado parte del comité ejecutivo general y contar con determinado número de firmas de apoyo de los secretarios generales.
“De esa manera se anuló la participación real de los trabajadores en la elección de su dirigente, lo que generó las manifestaciones en contra y la escasa participación.”
De acuerdo con el padrón sindical vigente, se convocó a 99 mil 800 trabajadores a las urnas, pero hasta el cierre de la edición aún se desconocía cuántos habían sufragado.
Al respecto, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, afirmó que se trata de un proceso independiente a su administración y que sólo facilitó lo que requirió el sindicato, “pero no hay una imposición por parte del gobierno”.