Tras dejar Brasil hace tres meses con su esposa e hijo, Jean, un joven haitiano que no rebasa los 30 años de edad, ahora busca un nuevo objetivo: solicitar la condición de refugio en la Ciudad de México.
A diferencia de los miles de haitianos que desde hace una semana intentan cruzar el río Bravo desde Ciudad Acuña, Coahuila, para ingresar a Estados Unidos, Jean no quiere llegar a territorio estadunidense por el riesgo de ser deportado y separarse de su familia.
En medio del éxodo de migrantes que se acentúa en Tapachula, Chiapas, así como en Ciudad Acuña, en los últimos dos días cerca de 500 haitianos han acudido a la oficina de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en la capital del país.
En su mayoría llegaron desde Tapachula en autobús. En su “huida” de esta demarcación vieron cómo “a muchos los detienen; (agentes de migración) les piden sus documentos y dicen que los papeles que da la Comar no valen para moverse”.
Pese al arribo de miles a la frontera norte del país, en el sur continúan los retenes de personal del Instituto Nacional de Migración. Para pasar el “muro” migratorio “hay que tener suerte”, relata Senatus, quien viaja solo y en el trayecto se ha hecho amigo de Jean. Tras hacer su solicitud, aún no conocía dónde pasaría la noche luego de que el lunes durmió en una terminal de autobuses.
En la oficina de la Comar de la colonia Juárez es común ver migrantes centroamericanos, pero ahora la cantidad de solicitudes se disparó, indica personal de la dependencia.
A unos metros de la puerta, dos venezolanas, ambas con hijos de entre uno y nueve años de edad, esperaban a sus esposos a media tarde. Ellos pasaron la noche afuera de las oficinas de la Comisión y tras cinco horas de haber ingresado, seguían realizando papeleo. Laura, una de las solicitantes, cuenta que también había decenas de haitianos desde primera hora esperando hacer lo propio.
“Nosotros no queremos ir a Estados Unidos, sólo queremos trabajar aquí”, refiere por su parte Salomón Wisler, quien acababa de revisar en su celular los mensajes de WhatsApp con los que se enteraba de las deportaciones desde el país vecino.
En tanto, las cifras oficiales de solicitudes de refugio en México por parte de haitianos revelan un exponencial incremento: tan sólo entre enero y agosto de este año, las peticiones de oriundos de esta nación equivalen a 56 por ciento de las promovidas entre 2013 y 2020.
Las cifras se elevan si se contabilizan las peticiones de asilo de menores procedentes de Chile y Brasil, que en realidad son hijos de migrantes originarios de Haití. Según la Comar, de hace tres años a la fecha ha habido un incremento anual incesante: en 2019 se registraron 557 y 429, respectivamente, pero en 2021 ya son mil 243 y 2 mil 590. En este periodo se han acumulado registros de 2 mil 165 chilenos y 3 mil 822 brasileños.
Legalmente las autoridades mexicanas están impedidas de deportar a solicitantes de refugio, lo cual ha permitido a éstos mantenerse en territorio nacional.