El aumento de los desastres naturales y los severos daños que han dejado en las naciones en desarrollo hace urgente que en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se realizará en noviembre, se empiece a definir la aplicación de los compromisos de las naciones en el Acuerdo de París para llegar a la meta de que la temperatura no suba por encima de los 1.5 grados centígrados.
La cumbre se realiza con el reto de garantizar la salud (por la pandemia de Covid-19) de los asistentes a Glasgow, Reino Unido, sostuvo el embajador de ese país en México, Jonathan Benjamin, durante la Pre-COP26 de la sociedad civil, rumbo a la cumbre de cambio climático organizada por Iniciativa Climática de México, el Centro Mario Molina, Greenpeace, entre otras agrupaciones.
Dos años después de la COP25, se planeó la cumbre –después de la cancelación de 2020 debido a la pandemia– que se llevará a cabo del primero al 12 de noviembre en Glasgow, a cargo de Reino Unido e Italia, mientras la pre-Cop será en Italia, a partir del 28 de septiembre.
Si en la COP “se logran avances se habrán sentado las bases para una verdadera transformación.
Se vislumbró una conferencia complicada
La pandemia ha significado fuertes retos adicionales a lo que ya parecía una conferencia complicada sobre cambio climático.
A menos de dos meses, “Reino Unido se enfrenta a una compleja situación: que la cumbre sea lo más colaborativa posible mientras se asegura el bienestar de los participantes”, sostuvo Benjamin.
Expresó que hay preocupación sobre las cuestiones logísticas, “hay quienes buscan se aplace nuevamente la conferencia, pero hemos visto los desastres naturales en el mundo que afectan sobre todo a los más vulnerables, esto indica que no hay más tiempo que perder. A pesar del escenario tan desalentador se logran avances en los diferentes sectores”.
Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la Fundación Climática Europea, dijo que de parte de México “hay ausencia de una política energética y climática ambiciosa, es un error del país que ha estado muy activo en otros roles internacionales, México tiene que estar en el mismo rumbo que sus socios del T-MEC”.
Sandra Guzmán, del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe, sostuvo que el compromiso de los países desarrollados para transferir recursos a los países en vía de desarrollo es una responsabilidad histórica que se debe seguir impulsando, los 100 mil millones de dólares que se habían planteado ya no son suficientes.