Washington. Al enfrentar las presiones para detener la expulsión de migrantes haitianos, la Casa Blanca reiteró ayer que para el presidente Joe Biden son “horrorosas” y “atroces” las imágenes de agentes de la Patrulla Fronteriza a caballo intimidando a los caribeños que se aglomeraron debajo de un puente en Del Río, Texas.
VIDEO: EU y México: Ambiente de crisis en Del Río.
“No conozco a nadie que pueda ver ese video y no tener esa sensación”, resumió la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en declaraciones a CBS News. “Creo que es importante que la gente sepa que esto no es lo que somos. Esa no es la administración de Biden-Harris y vamos a continuar por supuesto con esa investigación y llegar al fondo de lo que sucedió”.
GALERÍA: Repatria EU a migrantes haitianos.
Silencioso desde el inicio de la crisis, Biden se expresó al margen de la asamblea general de Naciones Unidas. “Vamos a tomar el control de la situación”, sostuvo sin dar más detalles.
“Lo que vi representado en aquellos individuos a caballo, tratando a seres humanos de esa manera, fue horrible (…) Los seres humanos nunca deben ser tratados de esa forma”, aseguró la vicepresidenta, Kamala Harris, al tiempo que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo sentirse “horrorizado” por esas imágenes.
Mayorkas declaró que “las fotos que he visto me perturbaron profundamente” y prometió que habría una investigación. Reiteró que 600 empleados de Seguridad Nacional se han trasladado a Del Río. Agregó que pidió ayuda al Pentágono para realizar una de las expulsiones más rápidas y de mayor tamaño de migrantes y refugiados en las últimas décadas.
Mayorkas negó que se trate de una “crisis”, es una “situación desgarradora” y un “reto tremendo (…) De ninguna manera minimizo el problema humanitario que representa, pero quiero decir claramente que sí tenemos un plan para enfrentarlo”.
Al hablar ante el Senado, Mayorkas aseguró “tener un plan y ponerlo en obra” para desmantelar el campo de migrantes de Del Río. “Aumentamos el número de vuelos de expulsión hacia Haití y otros países”, precisó.
Miles de personas han sido transferidas hacia centros de detención y expulsadas de Estados Unidos, con lo que quedan menos de 10 mil migrantes en el lugar, contra 15 mil de la semana pasada, según Mayorkas.
Ira bipartidista
Biden enfrentó ayer la ira bipartidista por el manejo del campamento fronterizo improvisado en Texas, con republicanos quejándose de que la seguridad fue laxa y los demócratas preocupados por la situación humanitaria, lo que el senador republicano Mitt Romney calificó de un “desastre”.
Para el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, se trata de una “catástrofe épica”, y en conferencia de prensa expuso: “Cuando se tiene a una administración que renuncia a toda ambición de garantizar la seguridad de la frontera (…) se termina con un flujo de personas que cruzan” el río Bravo.
Chuck Schumer, líder demócrata del Senado, llamó a poner fin a las deportaciones masivas de migrantes haitianos. “Insto al presidente Biden (…) a poner fin inmediatamente a estas repatriaciones, y a terminar con esta política del título 42 en nuestra frontera sur (que permite las expulsiones expeditas para frenar el Covid-19). No podemos continuar con estas políticas detestables y xenófobas de Donald Trump que ignoran nuestras leyes de refugiados”, resaltó en el pleno.
Opinó que retornar a los haitianos a su país de origen –donde el asesinato de un presidente, el aumento de la violencia de las pandillas y un gran terremoto han sembrado el caos en las últimas semanas– “desafía el sentido común” y “también la decencia común”.
Lamentó las “horribles imágenes” (de los migrantes siendo intimidados por la Patrulla Fronteriza) de una “indignidad inimaginable” y que le “revolvían el estómago”.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, destacó que los reportes de maltrato “y el uso de lo que parecen látigos” es algo “profundamente perturbador”.
Agencias de Naciones Unidas afirmaron que las personas que se concentran a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, que temen ser perseguidas en su país de origen, tienen derecho a presentar una solicitud de asilo y expresaron preocupación por las deportaciones.
“Reiteramos que si bien algunas personas que llegan a la frontera pueden no ser refugiados, cualquiera que tenga un reclamo, que afirme tener un temor fundado de ser perseguido en su país de origen, debe tener acceso al asilo y a que su reclamo sea evaluado antes de ser sometido a expulsión o deportación”, indicó la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Shabia Mantoo.
Marta Hurtado, portavoz de derechos humanos de la ONU, declaró: “Nos preocupan las imágenes y el hecho de que hemos visto a todos esos migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en transporte a Puerto Príncipe. Nos preocupa seriamente el hecho de que parece que no ha habido evaluaciones individuales de los casos”.
Desde la capital de Haití, el Colectivo Defensore Plus pidió al gobierno “comunicarse urgentemente con autoridades estadunidenses para detener las expulsiones”.
Cinco vuelos ayer
Estados Unidos se prepara para incrementar los vuelos a Haití de cuatro a partir de hoy a seis o siete por día, informó el Washington Post. Algunos deportados que llegaron anteayer y otros cinco que arribaron el martes afirmaron haber sido encadenados durante el tránsito y otros durante el vuelo, uno de ellos lo describió “como si fuera un esclavo”, informó el rotativo.
Decenas de haitianos molestos por haber sido repatriados se enfrentaron ayer a las autoridades mientras trataban de regresar al avión que aterrizó en Puerto Príncipe, relató Ap.
Un guardia de seguridad cerró la puerta del avión cuando algunos de los deportados comenzaron a lanzar piedras y zapatos contra la nave gritando: “¡Esto es un abuso!” y “¿Cómo es esto posible?”
En el grupo había hombres y mujeres que descendieron del segundo de cuatro vuelos que arribaron ayer, y algunos perdieron sus pertenencias en la trifulca luego de que llegó la policía. Entre los que trataban de volver al avión estaba Maxine Orélien, quien culpó al gobierno de Haití de la situación.
“¿Qué le podemos dar a nuestra familia? No podemos hacer nada por nuestra familia aquí. No hay nada en este país.”