La exposición Indios conquistadores, inaugurada ayer en la sede de la Secretaría de Cultura federal en Tlaxcala, da salida a voces que no se habían escuchado antes, expresó su titular Alejandra Frausto. El término “indios conquistadores” es como los mismos tlaxcaltecas se nombraban, “no es una ocurrencia nuestra”, detalló.
La muestra pretende contar “la realidad” sobre lo que sucedía en el momento de la caída de México-Tenochtitlan en 1521, no sólo desde la visión de los invasores. “Si fuéramos los vencidos, no resistirían las culturas de México que están vivas y nombran el mundo en 374 variantes lingüísticas”, afirmó Frausto, quien pidió escuchar “todas estas voces”, revisar la historia, con el objeto de construir “un país justo, incluyente, lejos del racismo y orgulloso de las identidades”.
El próximo 29, Día del Maíz, se abrirá la Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria en lo que fue el edificio Molino del Rey, ubicado en la ex residencia oficial de Los Pinos. El primer estado invitado será Tlaxcala, anunció la secretaria de Cultura. La gobernadora de la entidad, Lorena Cuéllar Cisneros, dijo que la exposición es una de las primeras actividades de su administración.
Indios conquistadores está organizada por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Cuenta una nueva historia sobre la participación de los tlaxcaltecas y otros grupos en la conquista de México. Reivindica “esta vieja leyenda negra de que los tlaxcalecas somos traidores, para que ya no esté más en el imaginario público ni en las páginas de la historia”, señaló Antonio Martínez Velázquez, director del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura. Será una exposición itinerante.
Para entender los sucesos de 1521, y lo acaecido durante los siguientes tres siglos hasta la conclusión de la Independencia, “es imprescindible remontarnos a la era prehispánica a fin de conocer el complejo mosaico de las configuraciones socio-políticas del México antiguo y de las alianzas establecidas entre las mismas para satisfacer los intereses comunes de cada asentamiento, así como los enfrentamientos ocurridos entre pueblos, señoríos y comunidades”, indicó Diego Prieto, director general del INAH.
La exposición “desvela esta faceta determinante de la Conquista”; es decir, “la participación de grupos indígenas que establecieron alianzas de acuerdo con sus particulares intereses y sus decisiones soberanas con los españoles para conseguir la derrota militar de los mexicas y ser parte de las posteriores incursiones que comenzaron a desarrollarse hacia el resto del territorio mesoamericano y más allá de sus delimitaciones”, continuó Prieto.
Para el antropólogo es “falso que las conquistas hayan sido resultado de gestas exclusivamente protagonizadas por españoles. A mi juicio se trata de otro capítulo pendiente de la así llamada visión de los vencidos”. Entonces, “la vieja visión de la Conquista como una sucesión de victorias españolas, que ha hecho que el mexicano se asuma como hijo de una derrota y de una conquista militar, no sólo queda expuesta como ajena a la verdad histórica, sino demuestra estar en la base de múltiples prejuicios sobre el papel que jugaron entonces los mal llamados indios”.
Felipe Ávila, titular del INEHRM, acotó que “la caída de México-Tenochtitlan, manejada tradicionalmente como la conquista española sobre los pueblos indígenas, como consecuencia natural de una supuesta superioridad de una civilización más avanzada sobre pueblos bárbaros, fue en realidad una guerra mesoamericana en la que los pueblos sometidos por Te-nochtitlan emprendieron una lucha por la liberación y se aliaron a los invasores españoles”.