Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reafirmará hoy en su discurso ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que Washington no busca una guerra fría con Pekín, en medio de las tensiones en la relación actual entre ambos países, adelantó ayer la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
La vocera hizo esta aclaración luego de que la semana pasada Estados Unidos, Reino Unido y Australia firmaron una alianza Indo-Pacífico llamada Aukus, destinada a contrarrestar la influencia de China en la región.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió del riesgo de una nueva guerra fría y pidió a China y Estados Unidos que reparen su relación “completamente disfuncional” antes de que los problemas entre los dos grandes e influyentes países afecten aún más al resto del mundo.
Guterres habló este fin de semana con la agencia de noticias The Associated Press antes de la cumbre anual de líderes mundiales en Naciones Unidas, un encuentro marcado por el Covid-19, acerca de las preocupaciones climáticas y los conflictos en distintos puntos del planeta.
Otra guerra fría sería más peligrosa, dijo Guterres, porque la antipatía entre la Unión Soviética y Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial estableció reglas claras y ambas partes eran conscientes del riesgo de destrucción nuclear. Eso permitió crear canales secundarios y espacios de negociación “para garantizar que las cosas no se salieran de control”, dijo.
“Hoy todo es más fluido e incluso la experiencia que existía en el pasado para gestionar crisis ya no está”, señaló Guterres.
El acuerdo entre Estados Unidos y Gran Bretaña para vender a Australia submarinos nucleares que puedan operar en Asia sin ser detectados “es tan sólo una pequeña pieza de un rompecabezas más complejo esta relación totalmente disfuncional entre China y Estados Unidos”, añadió.
El acuerdo, negociado en secreto, indignó a China y a Francia, que había firmado un contrato con Australia por valor de 66 mil millones de dólares para la venta de una docena de submarinos convencionales con motor diésel y eléctrico.
Guterres también lamentó la incapacidad de las naciones para trabajar juntos en el combate al calentamiento global y garantizar que la población de todos los países se vacune contra el Covid-19.
Mientras, el premier británico, Boris Johnson, instó a los líderes de las principales economías del mundo, incluido Estados Unidos, a cumplir sus compromisos respecto de un fondo climático de 100 mil millones de dólares al año, a menos de seis semanas para la cumbre de la ONU sobre el clima.
Johnson y Guterres organizaron una mesa redonda de líderes mundiales para abordar las principales lagunas en materia de objetivos de emisiones y financiación para la protección del medio ambiente.
El enviado estadunidense para asuntos climáticos, John Kerry, dijo que Washington aportaría más dinero para la causa antes de la Conferencia sobre el Cambio Climático COP26 que se celebrará del 31 de octubre al 12 de noviembre en Glasgow.