Morelia, Mich., “Los problemas más graves que enfrentará mi administración son la inseguridad, pero sobre todo la ingobernabilidad”, aseguró el mandatario electo de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, quien sostuvo que el perredista Silvano Aureoles Conejo entrega un gobierno en bancarrota.
En entrevista, el morenista explicó que hay un déficit de 13 mil millones de pesos, una deuda pública de casi 22 mil millones (4 mil 90 millones contratados en noviembre de 2020), deudas con terceros por 10 mil millones de pesos (sólo al Instituto Mexicano del Seguro Social se le deben mil 600 millones de pesos), 500 millones a Pensiones Civiles del estado, además de pasivos con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y otras instituciones y particulares.
Criticó que el proceso de entrega-recepción se haya iniciado hace apenas unos días por los obstáculos que ha puesto el gobierno de Aureoles, cuya gestión concluye el 30 de septiembre. Un día después Ramírez Bedolla asumirá la gubernatura, aunque antes el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitirá la resolución definitiva de las impugnaciones que presentó la alianza que formaron PAN, PRI, PRD.
El también ex diputado local indicó que Michoacán tuvo un presupuesto para 2021 de 68 mil millones de pesos, y fueron seis años con recursos similares, pero la administración perredista no hizo nada por mejorar las finanzas, por el contrario.
Señaló que el gobierno de Aureoles ha emprendido una campaña en la que asegura que Ciudad Salud (donde se concentran hospitales recién construidos) es “una realidad”.
Sin embargo, Ramírez Bedolla aclaró que la clínica del Issste fue edificada en la administración de Felipe Calderón, en tanto que el infantil y el hospital general fueron dejados en obra negra por el gobierno de Enrique Peña Nieto y se concluyeron en el de Andrés Manuel López Obrador.
En cuanto a la ingobernabilidad del estado, señaló: “Desde hace dos o tres años el gobernador soltó al estado por sus alucinaciones y aspiraciones; de ahí Michoacán quedó a la deriva. La entidad está agraviada por un mal gobierno. Por eso ganamos la elección, por un pésimo gobierno, y por la esperanza de un cambio positivo”.