Londres. Grandes marcas mundiales como Mercedes, Amazon, IKEA y Walmart están eliminando el intermediario financiero tradicional e incorporando software de empresas tecnológicas para ofrecer a los clientes todo tipo de servicios, desde banca y crédito hasta seguros.
Las llamadas finanzas integradas significan que Amazon puede permitir a los clientes “comprar ahora y pagar después” y los conductores de Mercedes pueden hacer que sus autos paguen el combustible.
Sin duda, los bancos intervienen en la mayor parte de las transacciones, pero inversores y analistas afirman que el riesgo para los prestamistas tradicionales es que se alejen aún más de la parte pública de la cadena de financiación.
Eso significa que estarán más retirados de las montañas de datos que otros están acaparando sobre las preferencias y comportamientos de sus clientes, datos que podrían ser cruciales para darles una ventaja sobre los bancos en los servicios financieros. Matt Harris, socio del inversor Bain Capital Ventures, aseguró: “las finanzas integradas llevan el concepto de venta cruzada a nuevas cosas. Se basan en programas a partir de la relación entre el consumidor y la empresa, por eso es importante esta revolución”.
“Significa que todo el menor riesgo va a ir a parar a estas empresas integradas que saben tanto sobre sus clientes y lo que sobra irá a parar a los bancos y las aseguradoras”.
Si las empresas fintechs, pueden igualar su éxito en arrebatar una parte de los pagos digitales a los bancos –y subir sus valoraciones en el proceso–, los prestamistas tendrían que responder, dicen analistas.
La plataforma de pagos Stripe, que tiene a clientes como Amazon y Google, fue valorada en 95 mil millones de dólares en marzo. La firma Accenture estimó en 2019 que los nuevos participantes en el mercado de pagos habían acumulado 8 por ciento de los ingresos mundiales, y esa cuota creció en el último año.