En el negocio masculino del boxeo, nadie ofrecía trabajo a las mujeres. Las ofertas casi siempre eran en desventaja o con cierto menosprecio, recuerda la peleadora Estrella Chacala Valverde. Las condiciones desfavorables la orillaron a emprender su gestión como empresaria, primero de sus propias peleas y después de otras jóvenes.
“Nadie nos pelaba”, recuerda la Chacala; “así que decidí que yo misma tenía que buscar mis contactos y negociar mis peleas. Así empecé a ser promotora y hoy tengo tres campeonas. Sólo ha faltado mi propio cinturón, porque me he quedado a un paso de ser monarca”.
La más reciente peleadora que promovió y consiguió un título fue Jessica González, ex campeona del mundo que hacía tres años no subía al cuadrilátero. El 11 de septiembre viajó a Rusia para vencer a Tatyana Zrazhevskaya y conquistar el cinturón interino del CMB en peso gallo.
“La saqué del retiro”, comenta; “no podía creer que en tres años no le hubieran conseguido una sola pelea. Algo hicimos bien si a punto de retirarse hoy puede enfrentar a la campeona por el título absoluto”.
La Chacala llamó a Jessica y le ofreció la pelea. Sabía lo que estaba haciendo, medio año antes, la propia Valverde había peleado contra Tatyana Zrazhevskaya; sabía lo que tenía que hacer para derrotarla. En la esquina la asistiría también Daniel Domínguez, esposo de Valverde, para integrar un equipo sólido en Ekaterimburgo, Rusia.
“La habían rechazado para disputar el título en México. Le ofrecían 15 mil pesos. Al final le convino esa oferta porque ahora está en camino de disputar el título absoluto. Lo que hemos integrado ha funcionado y ahí están los resultados”.