Luego de que Marko Cortés Mendoza se convirtió en el único candidato a la dirigencia nacional del PAN, el partido se ve igual que el PRI de José López Portillo o Morena, consideraron Adriana Dávila y Gerardo Priego Tapia, ex aspirantes al cargo, quienes anunciaron que impugnarán el proceso comicial interno ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y lucharán contra las prácticas antidemocráticas que se han impuesto en el blanquiazul.
Coincidieron en que no pudieron lograr las 27 mil firmas de apoyo requeridas para contender porque los gobiernos estatales y municipales y los grupos de poder en el partido presionaron o cooptaron a militantes para que no les dieran sus rúbricas. En la membresía privó el miedo a ser separados de sus puestos de trabajo y a no ser tomados en cuenta para futuros cargos. También hubo una cargada al viejo estilo de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el uso de la estructura partidista y hasta la falsificación de firmas con el fin de favorecer a Cortés Mendoza, el dirigente con licencia que busca la relección.
Priego Tapia, ex diputado y ex candidato a la gubernatura de Tabasco, recordó que desde la llegada de Germán Martínez y César Nava a la presidencia panista no se había visto un proceso interno con un solo candidato a ese puesto. En esa ocasión fue por la imposición del entonces presidente, Felipe Calderón; hoy es más grave, porque se debe al “temor de la militancia a expresar su voluntad libremente”.
Es tal la dimensión del miedo, relató Priego Tapia, que personas que le dieron su firma ya le están pidiendo que no entregue la lista de los correligionarios que lo apoyaron a la comisión electoral, pues los grupos de poder sabrán su filiación.
“El temor es a perder el empleo o a ser marginados de la posibilidad de seguir participando en el PAN”, explicó al comparar la situación con la vieja cargada de la CTM, donde “el que se movía no salía en la foto”.
Priego Tapia señaló que es necesario reconstruir el instituto político, cambiar su sistema electoral porque es obsoleto y absurdo. Se trata de un modelo cuyo propósito es que “quien está en el poder lo siga controlando o se lo entregue a quien quiera”.
Informó que prepara una impugnación, la cual presentará ante el tribunal electoral, y subrayó que se tiene que acabar con el dedazo en el blanquiazul, pues ello ha hecho que los militantes se tengan que arrastrar ante seudolíderes, con el fin de recibir un cargo, “en lugar de que ganen posiciones por sus propuestas y trayectoria. Esto cercena la vida del partido”.
Adriana Dávila, ex diputada, también manifestó que el PAN perdió su esencia igualitaria y ante ello se debe dar la lucha en pro de democratizarlo. Indicó que los gobiernos estatales y municipales emanados de Acción Nacional amenazaron a los militantes con quitarles el empleo si firmaban por otros candidatos o instruyeron reunir firmas a favor de Cortés Mendoza. Se usó la estructura territorial del blanquiazul, al igual que los tiempos oficiales en radio y televisión, las revistas internas y las redes sociales.
Además, cuestionó que el dirigente con licencia haya reunido 110 mil rúbricas de apoyo a su candidatura, porque ello implicaría haber recabado 9 mil por día, cuando eso es materialmente imposible, ya que amerita media hora para conseguir que un solo militante firme. “Eso demuestra que se usó el aparato del PAN o se falsificaron”. Por ello, adelantó que solicitará a la comisión organizadora de la elección que se cotejen las firmas con el padrón de militantes.
–¿Cómo se ve el PAN con un solo candidato?
–Nos vemos igual que Morena y el PRI. El PRI de López Portillo –puntualizó.