Con arengas a los “héroes anónimos”, “la honestidad”, “el amor al prójimo” y “las culturas del México prehispánico”, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la ceremonia por el 211 aniversario del Grito de Independencia.
Por segundo año consecutivo, el festejo se realizó frente a una Plaza de la Constitución vacía, sin acceso a los ciudadanos, debido a las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19.
La ceremonia empezó en el salón Embajadores de Palacio Nacional con un homenaje a las víctimas del coronavirus; enseguida el mandatario saludó a la Escolta de Bandera del Heroico Colegio Militar, de la cual recibió el lábaro patrio que ondeó en el balcón central tras exclamar la arenga: “Mexicanas, mexicanos: ¡Viva la Independencia! ¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla! ¡Viva José María Morelos y Pavón! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Ignacio Allende! ¡Viva Leona Vicario! ¡Viva Vicente Guerrero! ¡Vivan los héroes anónimos! ¡Viva la libertad! ¡Viva la justicia! ¡Viva la igualdad! ¡Viva la democracia! ¡Viva la honestidad! ¡Viva nuestra soberanía! ¡Viva la fraternidad universal! ¡Viva el amor al prójimo! ¡Vivan las culturas del México prehispánico! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”
Sin gente, pero también sin reparo en el espectáculo de luz y sonido con sello cultural, transcurrió la festividad de este año, muy distinta a la de 2019, cuando el Presidente habló frente a miles de personas congregadas en el Zócalo.
Llegó la pandemia y otra forma de celebrar. El año pasado, como ahora, con el primer cuadro del Centro Histórico vacío, con los espacios ocupados por el set de producción para hacer posible la transmisión por Internet.
Después de lanzar con toda fuerza los “vivas”, el mandatario hizo sonar la Campana de Dolores, la misma que tocó en 1810 Hidalgo para llamar al levantamiento en armas. La campana fue colocada hace 125 años sobre el balcón central de Palacio Nacional, cuya fachada luce hoy restaurada y protegida por vallas metálicas.
Después salieron a los balcones integrantes del gabinete y representantes de los tres poderes de la Unión. Justo en el primer lateral estaban tres de los personajes más cercanos al mandatario: la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, acompañada por un caballero, y los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, a quienes en los corrillos políticos se ubica como presidenciables de la 4T.
Al final del festejo no se supo bien a bien cuál fue la “sorpresa” que anunció días antes el Presidente; quizá las proyecciones de imágenes en la Catedral Metropolitana y en la réplica del Templo Mayor colocada en el centro del Zócalo; la potente pirotecnia o la interpretación de Lila Downs, quien se hizo acompañar en los bailes por mujeres triquis, para cerrar el evento con la canción Latinoamérica. Los retablos de la noche fueron los inmuebles iluminados y el mandatario, acompañado por su esposa, Beatriz Gutiérrez, con la sobriedad que impone la banda presidencial colocada en el pecho.