Se dice que los mexicanos tenemos memoria corta, que se nos olvidan fácilmente los sucesos, personajes o acciones que, muchas de las veces, representan elementos fundamentales para entender nuestra historia.
Y si de recordar se trata ¿les suenan los motes de “la promesa mexicana” o “los Def Leppard mexicanos”? Pregunto porque, en días pasados, falleció Víctor Manuel García Alvarado (1960-2021), conocido como Kisho García, guitarrista de los sonorenses de Lynx, banda que, gracias a su calidad y extraordinaria ejecución, llegó a ser llamada con esos apelativos.
Para las nuevas generaciones es muy probable que no tengan idea de quienes eran Kisho o los Lynx, pero si se es amante del heavy metal y se considera conocedor de la escena, no sólo internacional, sino también de la nacional, se debería saber sobre ellos, porque son pieza fundamental de la historia del metal en México.
Lynx se formó en 1979, en Agua Prieta, Sonora. En sus inicios se dedicó a hacer covers y después música original, con la que poco a poco se fue colocando en el gusto del público heavymetalero, hasta lograr grabar, en 1983, su primer y único disco, Be Wild (Vertigo-PolyGram Records), álbum de 10 canciones interpretadas en inglés, que se ha convertido en un clásico del género.
En lo que posiblemente fue su última entrevista, hecha por Rafael Contreras, del canal en YouTube Quemando Asfalto, Kisho García afirma que dicha grabación permitió al grupo conocer a gente de la talla de Lita Ford, a los integrantes de la banda holandesa Picture, a los de Kiss, además de poder convivir con Ritchie Blackmore. Asimismo, la llevó a realizar la gira Rocks 1985 en el camino, presentándose en lugares como el Satélite Rocks, al lado de bandas como Mask, No, Kerigma y Botellita de Jerez, así como en programas de televisión, uno de ellos fue Súper Rock en Concierto.
En la entrevista, Kisho, quien fue ingeniero en electrónica, cuenta que la disquera que los había firmado tuvo problemas financieros debido a un fraude, por lo que el contrato de la banda y el de muchos más ya no fue renovado. Después la agrupación se separó, en 1986. En 1997, el guitarrista grabó un demo con su nuevo grupo, Necrópolis. Antes de su fallecimiento, preparaba la grabación de su disco con la Kisho García Band (KGB).
Be Wild, disco de culto
Ahora, muchos se preguntarán ¿cuál es la relevancia de una banda que grabó un solo disco?, bueno, primero, hay que situarse en el contexto histórico en el que se desenvolvían los sonorenses. A inicios de los años 80, el rock pesado comenzaba su andar, aunque una década antes bandas como Enigma!, El Ritual, Medusa y Ciruela ya habían dado los primeros pasos.
En esa época, pese a que se contaba con estudios profesionales de grabación, en México no había gente capacitada para grabar heavy metal; pese a ello, Lynx supo sacar provecho de los estudios y grabó Be Wild, una oda al hard rock, glam y heavy metal, que de principio a fin mostraba su fina hechura con impecables guitarras, así como una base rítmica melódica y compacta, con letras bien cantadas en inglés, lo que derivó en que el álbum sea considerado de culto.
Para Talo Chárraga, bajista de Ultimátum, banda contemporánea de Lynx, el disco de los norteños es un parteaguas en la vida del metal nacional, pues el combo integrado por Kisho García y Checo Melgoza en las guitarras, César Laredo en la batería y Octavio Laredo en el bajo y voz, tenían la suficiente calidad para competir con cualquier banda a escala internacional.
Rememoró que las presentaciones de los sonorenses estaban a la altura de cualquier grupo inglés o estadunidense, en cuanto a espectáculo y sonido; hay quienes los recuerdan al llegar, imponentes, con sus guitarras y amplificadores a los estudios de Televisa.
Considera que tenían todo para hacerla en grande; sin embargo, cree que no tuvieron el apoyo de la disquera en cuanto a difusión, pese a que personalidades del mundo del periodismo y la comunicación, como Víctor Manuel Luján, los programaran de forma periódica en estaciones de radio como la desparecida WFM.
Para Vicente Terán, melómano y conocedor del género, Lynx era un grupo que en cuanto a calidad no le pedía nada a combos como Def Leppard o Ratt, por lo que su disco debe ser considerado entre los más destacados de los años 80 y piedra angular del metal en México, pese a que mucha gente no lo conozca, aunque, paradójicamente, la grabación es buscada por coleccionistas (sobre todo los extranjeros). En 2012, Sade Records reditó el álbum en formato de disco compacto.
Es tiempo de dar a conocer a las nuevas generaciones bandas como Lynx, que en su momento innovaron con buenas ideas y calidad, amén de su extraordinaria ejecución, porque se trata de agrupaciones muy importantes en la escena metalera nacional, las cuales marcaron un antes y un después en el género. Es tiempo de valorar y tomar en cuenta a gente como Kisho, quien, como muchos otros músicos que han aportado a la escena, se ha ido sin el reconocimiento y valoración que se merece.