Al grito de “¡México, México!” y “¡Viva México!”, cientos de pesonas festejaron en las calles del primer cuadro de la capital el inicio de la lucha de Independencia. También entonaron el Himno Nacional y cantaron Cielito Lindo, luego de que las vallas de policías y metálicas les impidieron ingresar al Zócalo.
A sabiendas de que no podrían pasar, los visitantes hicieron su propia celebración detrás de cada rejilla de contención y de los uniformados –equipados con cascos y escudos–, a los que no agredieron ni intentaron saltar.
Familias completas, parejas, grupos de amigos y hasta personas solitarias, como Ana María, residente de la colonia Condesa, que iba con sus cuatro perros, acudieron al Centro Histórico. Para llegar antes de las 23 horas viajaron en transporte público, en bicicleta, taxi y hasta llevaron a niños en carriolas; también se animaron personas en muletas y sillas de ruedas.
Algunos alcanzaron a colocarse detrás de las cercas de metal en el cruce del corredor peatonal Madero, esquina con Palma; unos más en Isabel La Católica, otros en 20 de Noviembre y República de Uruguay. Decenas de personas se quedaron en las inmediaciones de Bellas Artes y la Alameda Central, pero todos festejando y levantando sus celulares para captar imágenes de los juegos pirotécnicos.
La mayoría de los asistentes llevaba cornetas, matracas y manitas aplaudidoras, que hacían sonar en medio de las porras y arengas; otros ondeaban banderas y banderitas de México.
Casi todos portaban algún accesorio festivo, y quienes no iban preparados compraban de último momento algún motivo patrio para estar a tono con el festejo, como bigotes, sombreros y hasta penachos con luces por 50 pesos; así como bolsitas con cascarones de huevo llenos de confeti, y espuma en aerosol que lanzaban lo mismo a conocidos que a extraños.
Cerca de la una de la mañana, las personas seguían festejando, cantaban y comían elotes, papas fritas o cenaban en algún negocio.
Las autoridades reportaron saldo blanco, mientras la Secretaría de Seguridad Ciudadana local indicó que 57 personas fueron remitidas al Centro de Sanciones Administrativas e Integración Social, conocido como El Torito, en la noche del 15 y la madrugada del 16 de septiembre por no pasar la prueba de alcoholemia, mientras 56 vehículos fueron trasladados al corralón.
En tanto, en la Alameda del Sur, las luces color neón atrajeron a familias que tuvieron su festejo, donde pese a la ausencia de autoridades oficiales, si hubo un grito de Independencia. Un integrante de las romerías que se disfrazó de payasito, en punto de las 11 de la noche interrumpió al grupo musical que amenizaba en la explanada y realizó la tradicional arenga, que fue aplaudida por los presentes.
Los ferieros resistieron hasta la madrugada en busca de que la celebración les ayudara a reactivar sus ventas, luego de las dificultades que han padecido por la pandemia, comentó Rubén, cuidador de los juegos mecánicos.
El cerco de vallas metálicas y policías permanecerá en torno al Zócalo por la instalación de la exposición La gran fuerza de México, que se realizará del 18 al 29 de setiembre.