Ciudad de México. María Fernanda, paciente trasplantada de riñón, celebró su cumpleaños 31 con personal médico adscrito al Hospital General Regional (HGR) número 110 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, tras recuperarse de Covid-19.
“Esta es la segunda vez que el IMSS me salva la vida. Tuve un trasplante de riñón hace 15 años. El 1 de agosto mi mamá me donó (el órgano). Me operaron en el Hospital de Pediatría y yo tenía 15, iba a cumplir 16. Cumplí 15 años de ser trasplantada y justo estoy cumpliendo 31 de edad”.
Luego de dar positivo a la prueba para detectar Covid-19 se aisló varios días, pero debido a que la falta de aire fue cada vez más evidente; el médico particular que le brindaba asesoría telefónica le dijo que era necesario acudir al hospital.
“Me atendieron muy rápido. Llegué la noche del 15 (de julio) y la mañana del 16 ya tenía las puntas de alto flujo. Si hay un momento en el que dije ‘puedo decidir si me muero ahorita’, porque es una enfermedad bien cansada, no es como cuando haces ejercicio, es de respirar, no sé explicarlo, pero el personal siempre está contigo, con la mejor disposición de ayudarte, de hacerte plática para que no estés pensando en eso”.
La nefróloga Melina de Jesús Amador Jiménez, quien es parte de los equipos Covid-19 del nosocomio, expresó que todos los casos de recuperación de pacientes son altamente satisfactorios; sin embargo, el de María Fernanda salió de lo ordinario porque no es común atender coronavirus en personas con estas condiciones y además lograr que un injerto hecho 15 años antes se preserve como fue en el caso de Marifer.
“Ella es joven, no tiene ninguna enfermedad crónico-degenerativa pero había riesgo de que su condición se complicara. Estuvo más de un mes hospitalizada con nosotros y es un gran logro, la verdad, para todo el equipo de médicos, enfermeros, intendencia, administrativos… Estamos muy felices cada que logramos sacar adelante a un paciente, es como si nos inyectaran un poquito más de esperanza, de ánimo para seguir. Ver que vale la pena el esfuerzo, los cuidados. Estamos encantados, es una felicidad que no se puede describir”, aseveró.
María Fernanda envió un mensaje al público en general y al personal de salud: “que se cuiden y que si llegan aquí sepan que van a hacer todo lo posible por salvarlos, aquí van a estar seguros. A los enfermeros, gracias, Dios me los puso en el camino, no tengo más que agradecimiento. A los médicos, a pesar de que son enfermedades nuevas, se ve que se documentan, que aprenden de los pacientes, que además de las horas extras llegan a su casa y se ponen a leer para estar preparados”.