Ciudad de México. Con sus mejores tradiciones, México fue el único país de América Latina que no rompió relaciones con la Cuba revolucionaria, por un mandato imperial, y a lo largo de los años “no se ha quebrado lo que la historia unió indisolublemente”, sostuvo hoy el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. En el mensaje que dirigió en la ceremonia para conmemorar el inicio de la guerra de Independencia, ponderó como de “valor inconmensurable” haber recibido la invitación de honor.
GALERÍA: Celebran 211 años del Grito de Independencia con desfile militar.
“En el momento en que sufrimos los embates de una guerra multidimensional, con un bloqueo criminal recrudecido oportunistamente con más de 240 medidas en medio de la pandemia de Covid-19, que tan dramático costo tiene para todos los países de menor desarrollo, estamos enfrentando paralelamente, una agresiva campaña de odio, desinformación, manipulación y mentiras montada sobre las más diversas plataformas digitales, que desconoce todos los límites éticos bajos.”
Los grupo de invitados al evento escucharon con atención, entre ellos el embajador de Estado Unidos en México, Ken Salazar, quien siguió, serio, las palabras de Díaz-Canel cuando reconoció al presidente López Obrador, por sus expresiones de apoyo permanente, el reclamo por el levantamiento del bloqueo, y por que se cumpla el voto anual de Naciones Unidas en hechos concretos, “algo que su país ha cumplido, agradecemos profundamente la ayuda recibida en insumos médicos y alimentos, para paliar los efectos combinados del acoso económico y la pandemia”.
El presidente Díaz-Canel adujo, que ante la compleja situación epidemiológica que enfrenta el mundo, “la solidaridad y la cooperación entre nuestro pueblo quiere mayor trascendencia por esa razón nuestros profesionales y técnicos de la salud no dudaron acompañar en cuanto fue necesario, al pueblo mexicano”.
A ese agradecimiento añadió el compromiso de defender “la unidad, en la diversidad de nuestra América, como expresara Fidel (Castro) en un acto amistad cubano-mexicana, celebrada el 2 de agosto de 1980: ´nada soportaremos contra México lo sentiremos como propio sabremos ser fieles a la amistad que han forjado siglos.”
Antes, inició la celebración de los 211 años del levantamiento independentista en la Nueva España, en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió como invitado de honor a Díaz-Canel. Frente a la puerta principal de Palacio Nacional se instaló un templete para que ambos dignatarios y el secretario de Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dirigieran un mensaje dirigieran sus respectivos mensajes.
Antes del desfile militar, con la plancha del Zócalo ante ellos, donde se encontraban perfectamente alineados miles de efectivos del Ejército, de la Armada y de la Guardia Nacional, López Obrador se dirigió al pie de la asta monumental, donde izó la bandera nacional mientras las bandas de guerra entonaban el himno mexicano. De ahí, sobre un vehículo Hummer descapotado, y en compañía del general Sandoval, y del secretario de marina, Rafael Ortega, pasaron revista a las fuerzas armadas.
Así, se celebró el evento conmemorativo, que hoy tuvo un giro en la tradición de observar el desfile desde el balcón central de Palacio Nacional. López Obrador y Díaz-Canel lo siguieron sentados, desde el templete que se instaló para emitir sus respectivos mensajes. Los dos presidentes estuvieron acompañados de sus esposas, y de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.