Tlalnepantla, Méx., Personal de rescate extrajo el cadáver de la niña Mia Mayrin Mendoza Campos de una vivienda destruida por el desgajamiento del cerro del Chiquihuite el viernes 3 septiembre. Con este deceso ascendieron a dos los muertos por el desastre reconocidos oficialmente; los restos de Mariana Martínez Rodríguez, de 22 años, fueron hallados el mismo día del derrumbe.
La fiscalía estatal informó en su cuenta de Twitter que “el cuerpo de una menor de 3 años de edad, rescatado esta tarde (…), ha sido reconocido por sus familiares, en breve será devuelto bajo los protocolos correspondientes”.
Al cierre de esta edición, se continuaba buscando al hermano de la pequeña, Jorge Dilan Mendoza, de 5 años de edad, y a la madre de ambos, Paola Daniela Campos Robledo, de 22 años.
La tarde de ayer, personal especializado en salvamento extrajo el cadáver y lo trasladó al Servicio Médico Forense. La célula de búsqueda ingresó al domicilio destruido por una casa contigua a la de la familia Mendoza Campos, y desde ahí llegó al sitio donde se encontraba. El esposo y padre de las víctimas, Armando Mendoza López, ha permanecido en las inmediaciones del desastre desde el día del deslizamiento, en espera de recuperar a su familia.
Armando y Paola residían en una habitación de 16 metros cuadrados. Mendoza López condujo a los rescatistas hasta el punto en que se encontraba su vivienda, donde cayeron rocas que pesaban hasta dos toneladas.
En este contexto, el subsecretario general de Gobierno del estado de México, Ricardo de la Cruz Musalem, pidió a habitantes de Tlalnepantla que durante los festejos patrios de los días 15 y 16 de septiembre eviten tronar cohetes en un perímetro de 10 kilómetros en torno al desgajamiento del Chiquihuite, pues cualquier vibración podría provocar un nuevo derrumbe o hacer pensar a los vecinos que ocurre otra catástrofe.
Destacó que la inseguridad en la región aumenta por el estrés y el cansancio de los rescatistas, y el peligro latente prevalece, pues estudios geológicos señalan que “la condición en la zona ha ido cambiando, hay más fracturas, más separación y se advierte que el talud se sigue moviendo”, por lo que ayer se aumentó a 141 el número de domicilios en riesgo.
Adelantó que de manera coordinada, los tres niveles de gobierno determinarán qué apoyo recibirá cada familia perjudicada, pues unas rentaban y otras eran propietarias de las casas que colapsaron.