París. El acusado clave en el juicio por los ataques terroristas de 2015 en París declaró el miércoles que los atentados fueron en represalia por los ataques aéreos de Francia contra el grupo Estado Islámico, y que la muerte de 130 personas inocentes no fue “nada personal”, al reconocer su papel por primera vez.
Salah Abdeslam, quien vestía todo de negro y se negó a quitarse la mascarilla mientras hablaba en una sala de audiencias construida especialmente, ha permanecido en silencio durante toda la investigación. Los observadores esperaban ver si ofrecería algún detalle durante el juicio.
Nueve hombres armados y terroristas suicidas leales al Estado Islámico lanzaron sus ataques con unos minutos de diferencia en varios lugares de París el 13 de noviembre de 2015, incluyendo a los aficionados del estadio nacional de fútbol y varias cafeterías. Los ataques terminaron con una masacre en la sala de conciertos Bataclan.
Fueron los peores ataques en Francia desde la Segunda Guerra Mundial y uno de los peores atentados terroristas en Occidente, sacudiendo el sentido de seguridad del país y reescribiendo su política.
Abdeslam es el único superviviente de esa célula suicida, la mayoría de cuyos miembros eran franceses o belgas. Después de que su chaleco explosivo no funcionara correctamente la noche de los ataques, huyó a su ciudad natal de Bruselas.
El miércoles, en la sala del tribunal, una pantalla mostró una foto del automóvil que Abdeslam abandonó en el norte de París después de dejar a tres atacantes suicidas en el estadio nacional. El objetivo de Abdeslam no estaba claro, pero cuando Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad al día siguiente, la declaración aludía a un ataque que nunca tuvo lugar en el vecindario donde dejó el automóvil.
Las dos personas a las que Abdeslam pidió que condujeran durante la noche desde Bruselas a París para recogerlo se encuentran entre las 20 personas enjuiciadas. Seis de ellos están siendo juzgados en ausencia.