Washington. Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron en agosto a su tasa más lenta en seis meses, lo que sugiere que la inflación habría tocado techo y sostiene la teoría de un fenómeno temporal de alza de precios.
El incremento en el costo de la gasolina sigue siendo el principal impulsor del índice de precios al consumidor (IPC), pero al excluir los costos volátiles de la energía y los alimentos, la inflación subyacente fue de 0.1 por ciento, la menor alza desde febrero, informó el Departamento del Trabajo.
En el balance anual, la inflación subyacente fue de 4 por ciento, después de avanzar 4.3 por ciento en los 12 meses hasta julio. El IPC general subió 0.3 por ciento en agosto, el menor aumento desde enero. En la medición anual, el IPC aumentó 5.3 por ciento tras dispararse 5.4 por ciento anual en julio.
La inflación en la mayor economía mundial y principal socio comercial de México sigue muy alta, cercana a su mayor nivel en 13 años. Sin embargo, fue menor de lo esperado por economistas, y el relajamiento de la presión sobre los precios da méritos al argumento del presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, de que los recientes incrementos de precios se deben a factores temporales que se disiparán a medida que la economía se recupera de la pandemia de Covid-19.
Los precios de los combustibles subieron a la par que los estadunidenses volvieron a viajar en automóvil y avión. La gasolina subió 2.8 por ciento en agosto, tercer incremento mensual, en el último año han subido 42.7 por ciento, según el informe.
El IPC subyacente se frenó por una caída de 1.5 por ciento en los precios de autos usados, la primera baja desde febrero, que dio fin a cinco aumentos mensuales consecutivos. No obstante, el incremento sigue siendo importante, de 31.9 por ciento.
Los fuertes aumentos en los precios de vehículos usados, así como en servicios de las industrias más afectadas por la pandemia, estuvieron detrás del calentamiento de la inflación a principios de año.
Las tarifas de las aerolíneas se desplomaron 9.1 por ciento en agosto, probablemente debido a que un resurgimiento de las infecciones de Covid-19, impulsado por la variante delta del coronavirus, redujo la demanda de viajes.
