El Cairo. El fósil de una ballena prehistórica de cuatro patas, desenterrado hace más de una década en el desierto occidental de Egipto, pertenece a una especie desconocida en ese entonces, según señalaron ayer científicos egipcios. Se cree que la criatura, antecesora de las ballenas modernas, vivió hace 43 millones de años.
La ballena prehistórica, considerada semiacuática porque vivía tanto en tierra como en el mar, tenía los rasgos de un cazador competente, explicó a The Associated Press el paleontólogo más destacado del equipo, Hesham Sallam, lo que la distingue de otros fósiles de cetáceos.
Los restos fueron encontrados en 2008 por un equipo de ambientalistas egipcios, en una zona que estuvo cubierta de agua en tiempos prehistóricos. Sin embargo, los investigadores no publicaron hasta el mes pasado sus hallazgos para confirmar que se trataba de una nueva especie.
Sallam señaló que el equipo empezó a examinar el fósil en 2017 porque quería reunir al mejor equipo de paleontólogos egipcios para el estudio.
“Es la primera vez en la historia de la paleontología egipcia de vertebrados que tenemos un equipo nacional que dirige la documentación de un nuevo género y especie de ballena de cuatro patas”, afirmó Sallam.
El fósil arroja algo de luz sobre la evolución de los cetáceos, que pasaron de ser mamíferos terrestres herbívoros a especies carnívoras que aún viven exclusivamente en el agua. La transición se hizo hace unos 10 millones de años, según un artículo publicado sobre el descubrimiento en la revista Proceedings, de la Real Sociedad B.
La región del Desierto Occidental de Egipto ya es conocida por el llamado Valle de las Ballenas, o Wadi Al-Hitan, atracción turística que alberga restos fósiles de otro tipo de ballenas prehistóricas.
La nueva criatura pertenece a la familia de los protocetáceos, ballenas semiacuáticas extintas que vivieron hace entre 59 y 34 millones de años, explicó Sallam. El animal caminaba por tierra firme, pero también cazaba en el agua.
“Es otra nueva especie de las ballenas primitivas, de la época en la que conservaban cuatro miembros funcionales”, explicó Jonathan Geisler, especialista en historia evolutiva de los mamíferos en el Instituto de Tecnología de Nueva York. No participó en el hallazgo.
La ballena recibió el nombre de Phiomicetus anubis, por el dios de la muerte en el antiguo Egipto.
“Escogimos el nombre Anubis porque tenía un fuerte y mortal mordisco”, sostuvo Sallam, profesor de paleontología en la Universidad Manosura de Egipto.
La nueva especie destaca por su prolongado cráneo, que sugiere que era un eficiente carnívoro capaz de aferrar y masticar a su presa, señaló. Medía unos tres metros de largo y pesaba unos 600 kilos, según los investigadores.
El descubrimiento se produjo tras cuatro años de colaboración entre paleontólogos egipcios y estadunidenses, añadió Sallam.
Su equipo ya tuvo repercusión internacional en 2018 con su descubrimiento del manosurasaurio, una nueva especie de dinosaurio herbívoro de cuello largo que vivió en lo que en la actualidad es la provincia de Manosura, en el Delta del Nilo.