En lo que va de 2021 se han documentado, al menos, 10 asesinatos de defensores de derechos humanos en México, por lo que es urgente prevenir esas agresiones, sobre todo cuando hay registro de amenazas y ataques previos, advirtió la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
El organismo indicó que lo más grave es que los actos que quitan la vida a los activistas podrían ser una represalia por su legítima labor como defensores de derechos humanos. En ese sentido, condenó los asesinatos de Rodrigo Morales Vázquez y Alejandro García Zagal, perpetrados en Cuernavaca, Morelos, la semana pasada.
La ONU-DH exhortó a las autoridades a indagar ambos casos de manera exhaustiva con la debida diligencia y abordar todas las líneas de investigación, incluyendo la posible vinculación con su trabajo en defensa de derechos humanos.
“El hecho de que se hayan cometido dos asesinatos de activistas sociales, a pocos días de distancia y en la misma ciudad, profundiza su gravedad y nuestra preocupación por lo sucedido”, señaló Guillermo Fernández-Maldonado, representante de la ONU-DH en México.
Agregó que estos hechos se suman a otros similares como los crímenes de Samir Flores, en 2019, e Isaac Medardo, en 2020. “Es esencial que el Estado adopte todas las medidas necesarias para que las personas que defienden los derechos humanos, y en particular el de tener un medio ambiente sano para que puedan realizar su importante labor de manera libre y segura”.
De acuerdo con la información recibida por la agencia de Naciones Unidas, Morales Vázquez –asesinado el 2 de septiembre– había participado en las movilizaciones de rechazo al relleno sanitario de Loma de Mejía por su posible impacto ambiental.
En tanto, García Zagal fue ultimado en su casa el 7 de septiembre y era reconocido por el apoyo que daba a vecinos de colonias populares. Recientemente había denunciado amenazas y una agresión en 2020.