Ginebra. La Organización de Naciones Unidas (ONU) instó ayer al mundo a recaudar 606 millones de dólares para Afganistán, donde la pobreza y el hambre aumentan desde la llegada al poder de los talibanes y la desconfianza de Occidente.
Tras décadas de guerra, sufrimiento e inseguridad, los afganos se enfrentan, quizás, “a su hora más peligrosa”, indicó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en su discurso de apertura de una conferencia en Ginebra en busca de ayuda para el país de Asia Central.
“El pueblo afgano se enfrenta al colapso”, afirmó, indicando que los suministros de alimentos podrían agotarse para fin de mes.
Ante el abrupto fin de los flujos de ayuda, el ministro alemán del Exterior, Heiko Maas, dio a conocer que los donantes internacionales tienen la “obligación moral” de seguir ayudando a los afganos después de su compromiso de 20 años.
La jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, acusó a los talibanes de romper sus promesas al ordenar una vez más a las mujeres que se queden en casa, impedir que las adolescentes vayan a la escuela y buscar de puerta en puerta a antiguos enemigos.
“No se deben repetir los errores del pasado. No se debe abandonar al pueblo afgano”, sostuvo el canciller de Pakistán, Shah Mehmood Qureshi, cuyo país se llevaría probablemente la peor parte de cualquier éxodo de refugiados.
China anunció la semana pasada el envío de alimentos y suministros sanitarios por valor de 31 millones de dólares. Pakistán envió medicinas a Kabul y pidió que se descongelen los activos afganos.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, informó que Washington entrega cerca de 64 millones de dólares en nueva asistencia humanitaria para Afganistán.
En tanto, Zabihulá Muyahid, portavoz del Talibán, solicitó la colaboración internacional para salir de la difícil situación económica y humanitaria en la que se encuentra su país.
“El mundo debería cooperar con nosotros. Se ha mantenido la seguridad y la gente está en problemas económicos; la comida y las medicinas son escasas”, declaró Muyahid a la agencia de noticias Dpa.
Muyahid también dio la bienvenida a la iniciativa de la ONU cuyo fin es recaudar fondos para Afganistán y prometió que los talibanes actuarán con “transparencia” en lo que respecta al destino de estas ayudas.
El Talibán encontró unos 6 millones de dólares y al menos 15 lingotes de oro en la casa del ex vicepresidente Amrullah Saleh, quien reivindica el papel de presidente interino de Afganistán, informó la agencia Khaama Press.
El medio apunta a un video que fue difundido en redes sociales, en el cual los talibanes muestran las riquezas encontradas en la residencia de Saleh.
Una fuente talibán confirmó a Sputnik que en la casa de Saleh había “enormes cantidades de dinero”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, aseguró ante el Congreso de su país que ni las evaluaciones más pesimistas predijeron el colapso del gobierno afgano y defendió que si las tropas no se hubieran retirado “los ataques contra las fuerzas estadunidenses y aliadas se habrían reanudado y habría comenzado el asalto del Talibán a las principales ciudades de Afganistán”.
Blinken compareció ante el Congreso para responder sobre el caótico retiro de las tropas de Afganistán, algo que, insistió, se produjo en el contexto de un acuerdo “heredado” de la administración de Donald Trump, que contemplaba el retiro de “todas las tropas estadunidenses que permanecían en el país antes del 1º de mayo” de este año, aunque finalmente se alargó hasta el 1º de septiembre.
Al menos 153 medios de comunicación cerraron en Afganistán desde que el Talibán llegó al poder, según el recuento de sindicatos de periodistas.
Un avión de la compañía paquistaní PIA aterrizó en el aeropuerto de Kabul, en lo que es el primer vuelo comercial internacional desde el 15 de agosto.
