La Secretaría de Hacienda estima que las potenciales pérdidas económicas por desastres naturales como sismos, tormentas tropicales y huracanes en 2022 ascenderían a 52 mil 500 millones de pesos, 2.73 por ciento más con respecto a las pérdidas esperadas este año por 51 mil 100 millones.
México está expuesto a desastres naturales de gran magnitud, los cuales representan una fuente importante de riesgo para las finanzas públicas.
De acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica para el próximo año, por los eventos de alta frecuencia y baja intensidad la pérdida estimada anual asciende a 9.6 mil millones de pesos; la estimación de pérdidas para eventos que tienen un 5 por ciento de probabilidad por año de ocurrencia equivale a 10.7 mil millones de pesos. Mientras que para eventos con uno por ciento de probabilidad de ocurrencia por año, la pérdida esperada asciende a 32.2 mil millones.
Las pérdidas esperadas, pronosticadas con base en la información histórica de las erogaciones realizadas por el Fonden, la información del Atlas Nacional de Riesgos sobre áreas más propensas a desastres, así como la cuantificación de la exposición referente a infraestructura federal y estatal, registran un incremento paulatino cada año, aunque el de 2022 es menos pronunciado que el de 2020 o 2019.
“Durante los últimos 20 años se ha desarrollado una estrategia para gestionar adecuadamente el impacto fiscal de los desastres naturales, que permitan que éstos tengan la menor afectación posible en las trayectorias de deuda y de crecimiento económico del país; así como proteger el bienestar de las personas, en particular de los grupos sociales más vulnerables”, explicó Hacienda en el documento que mandó al Congreso.
Seguro y bono catastrófico
Ante riesgos catastróficos, la estrategia del gobierno federal es que contrató con recursos presupuestarios el “Seguro de daños ocasionados por desastres naturales (Seguro catastrófico)”, cuya vigencia es del 5 de julio de 2021 al 5 de julio de 2022, el cual ofrece una cobertura por hasta 5 mil millones de pesos y se activa ante desastres naturales que superen un nivel mínimo de daños de 275 mdp y un acumulable de 750 mdp.
En caso de que se materialice algún siniestro, el seguro cubriría el riesgo de una reducción en los recursos presupuestales con motivo de la atención que se debe dar a los efectos ocasionados por los fenómenos naturales perturbadores.
En tanto, a julio de 2021, el gobierno federal contó con la protección financiera de un bono catastrófico por 485 millones de dólares contra pérdidas derivadas de sismos y ciclones tropicales, cuya vigencia será hasta marzo de 2024.
Con la extinción del Fonden, el 18 de diciembre de 2020 se emitieron los endosos a los contratos y documentos asociados a este instrumento financiero, con lo cual se garantizó la transferencia de los derechos y obligaciones del fideicomiso al gobierno federal a través de Hacienda, detalló la encargada de las finanzas públicas del país.