A la luz de los últimos exabruptos panistas, la pregunta que queda en el aire es: ¿Qué Vox estarán escuchando los azules que antes de la propuesta constructiva toman el camino de la beligerancia?
Entre las filas panistas no todo es color azul porque existen otras voces dispuestas a demandar, a exigir que antes que una lucha frontal contra Morena, en la Ciudad de México, primero se tienen que aclarar muchas cosas al interior del propio partido.
Y en lo primero que piensan es en la actitud, principalmente del grupo de alcaldes que se han dado a la tarea de enfrentarse, de todas formas al gobierno central, critican, y en serio, las actitudes tomadas, pero sobre todo la estrategia.
Para ellos, las protestas en la calle y las exigencias, sin ton ni son, desprenden un tufo a Vox inocultable, y en su momento, dicen estarían dispuestos a crear, cuando menos, un ala sin contaminación, libre de Vox que tratara de formar partido y no un frente de guerra sin futuro.
Es más, advierten que la postura del senador Re-mentiría, obvio, nada tiene que ver con la verdad, que la idea de dar la cara para avergonzarse por sus propios hechos, no tiene una pizca de credibilidad, y que la militancia panista en buena parte, desaprueba la injerencia del organismo casi fascista español Vox, porque no se sienten identificados con la línea franquista que se pretende imponer ahora en México.
No obstante, para el neofranquismo las protestas de la militancia –poca, por cierto–, no son importantes, y según cuentan quienes se han manifestado en contra, hay un grupo hegemónico que sólo obedece a ciertos acuerdos cupulares, lejanos y contrarios a la voluntad de las mayorías partidistas.
Desde la perspectiva militante el PAN, corrupto y ahora neofranquista, poco tiene que ofrecer a la gente de la Ciudad de México si no accede primero a una reforma interna que busque entre sus raíces y nuevos horizontes un perfil que luche por imponer su visión de derecha sin llegar a esquemas dictatoriales.
No se trata, aseguran de la misma forma, de ser tolerante con el gobierno de Claudia Sheinbaum, los errores que se cometan y perjudiquen a la gente deben ser señalados, y comunicados a los habitantes de la ciudad, pero de eso a buscar una mártir o un mártir para darle sentido a la protesta, es un desatino.
Así las cosas, parece que el panismo tiene ahora muchas más tareas que cumplir para cohesionar a su militancia, que enderezar protestas sin contenido para buscar reflectores. Eso lo dicen ellos.
De pasadita
El próximo fin de semana la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, habrá de rendir su Informe de gobierno, en el que debe dar cuenta de lo realizado hasta ahora en la ciudad.
No cabe duda que el año pasado, y por qué no decirlo, los tres años de este gobierno han exigido a Claudia Sheinbaum, todo su empeño. Tal vez el mejor mensaje sería decir que pese a los efectos del sismo del 2017, el suceso en la línea 12 del Metro, la inseguridad y la pandemia, que dura ya dos años, por decir algunos, la capital del país sigue en pie, y poco a poco ha ido equilibrando fuerzas en contra de las condiciones atípicas que han señalado a su gobierno.
Pero eso no ha sido todo. Ojalá y se informe de cómo se ha ido cambiando el perfil de la ciudad, porque sea como sea los cambios se han ido notando. Contar con una ciudad plena en libertades y encaminada a hacer justicia en todos los niveles es la tarea. Ojalá y la jefa de Gobierno no caiga en el juego de confrontar a la oposición y por ello se olvide de las tareas más importantes para la capital.