Nueva York., Tras París y Londres, el Museo Brooklyn presenta una exposición sobre el legado de Dior, en una nueva versión que hace dialogar la casa francesa de alta costura con la cultura estadunidense.
Christian Dior, diseñador de sueños, batió los récords de asistencia en las capitales francesa y británica, en 2017 y 2019, respectivamente. La casa de alta costura expone ahora en Nueva York en plena Fashion Week, un relato sobre un Dior estadunidense.
En 1947, el modisto francés vivía un éxito fulgurante en París con su primera colección Corolle, que pronto sería rebautizada como New Look por la revista estadunidense Harper’s Bazaar, y que revolucionaría la moda de la época con una silueta rediseñada, de cintura ceñida, caderas pronunciadas y falda abombada.
En Estados Unidos, Dior fue invitado a Dallas (Texas) para recibir el premio de las revistas de lujo Neiman Marcus y su desfile en Chicago se vio marcado por las protestas de mujeres que rechazaban las faldas “de la abuela” tan largas. Pero a partir de 1948, al año siguiente, Dior abrió una tienda en la Quinta Avenida de Nueva York, que descubrió en un estado de “asombro permanente”, según contaría después.
“Empezó su exploración del mundo a partir de esta casa fundada en 1948”, asegura Florence Müller, una de las comisarias de la exposición y responsable de las colecciones de moda del museo de Denver, Colorado.
Jardín encantado
Los 300 vestidos de la exposición repasan los 75 años de historia de la casa y de los creadores que sucedieron al francés, muerto repentinamente en 1957: desde Yves Saint Laurent hasta la actual Maria Grazia Chiuri, primera mujer directora artística de la casa francesa. En el Jardín encantado, una habitación de gran altura decorada con una lluvia de estrellas, las colecciones se distribuyen desde el piso al techo en 360 grados.
“Cerca de dos tercios de los vestidos no estaban en París”, en la exposición original, recuerda Florence Müller. “Aquí, Dior no hacía alta costura, sino un prêt à porter de gran lujo para las estadunidenses (que) buscan algo más cómodo, quizá más fácil de llevar”, sostiene.
El Museo Brooklyn ha puesto, asimismo, a dialogar la casa francesa con algunas obras de su colección. “Dior era un apasionado del arte. Esto se nota en sus creaciones”, subraya Matthew Yokobosky, conservador de la moda del recinto neoyorquino.
Al inicio del recorrido hay una delicada muñeca de porcelana que luce un vestido negro, diseñado por Christian Dior y que la institución adquirió en 1949 para una exposición sobre moda francesa.
En otro momento del recorrido surge este parecido sorprendente entre un vestido diseñado por John Galliano y un cuadro del pintor italiano de principios del siglo XX Giovanni Boldini.
Más recientemente, Maria Grazia Chiuri colaboró en un desfile con la artista estadounidense feminista Judy Chicago, cuya monumental obra, The Dinner Party, está expuesta en el recinto.