Santiago. Chile recordó ayer, en medio de incidentes violentos que dejaron al menos seis detenidos, el 48 aniversario del golpe militar del dictador Augusto Pinochet, que derrocó al presidente socialista Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973.
Con banderas de Chile, del Partido Comunista y otros grupos políticos de izquierda, miles de personas marcharon por las calles de Santiago hasta las cercanías del palacio de La Moneda para dejar ofrendas florales en el monumento a Allende, quien se suicidó en medio del bombardeo militar a la casa de gobierno que lideró Pinochet.
El golpe dio paso a una de las más cruentas dictaduras de la región, que encabezó Pinochet por 17 años, en la cual más de 3 mil 200 personas murieron o desaparecieron, mientras cerca de 40 mil fueron torturadas, según cifras oficiales.
Familiares de detenidos y de-saparecidos, grupos defensores de derechos humanos, organizaciones sociales, partidos políticos y sindicatos, entre otros, pasaron por la puerta de Morandé, ubicada en la fachada este de la presidencia, a dejar claveles, velas y rendir homenaje a su figura, muy presente entre un sector de la sociedad chilena.
Numerosos oradores recordaron los logros del gobierno de Allende en apenas tres años, la fuerte represión que siguió al golpe de Estado y el legado del mandatario socialista, que recobró especial fuerza con el estallido social de octubre de 2019.
“¡No nos han vencido!”, “Verdad, justicia, reparación y memoria”, “Allende vive”, “A 48 años la memoria sigue viva, ni perdón ni olvido”, fueron algunas consignas escritas que portaron los asistentes pacíficos, entre quienes figuró la diputada Maya Fernández, la nieta menor del ex mandatario.
Como homenaje, el presidente argentino, Alberto Fernández, tuiteó las palabras de Allende antes de su muerte: “No se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.
En las inmediaciones de la presidencia, tras los actos oficiales, un grupo de manifestantes quemó un paradero de autobuses, mientras otros lanzaron fuegos artificiales y bengalas contra la policía. Después, miles marcharon de manera pacífica por la Alameda, la principal avenida capitalina, aunque otros grupos provocaron destrozos, incendios en paradas del transporte público y saqueos a comercios.
Tras recorrer decenas de avenidas, las marchas arribaron al Cementerio General, en la comuna de Recoleta, donde descansan los restos de Allende y de otras víctimas de la dictadura. Ahí, nuevamente hubo enfrentamientos con la policía, que dispersó a la turba con agua y gas lacrimógeno, y detuvo además al menos a seis personas.
La conmemoración de este año está marcada por la elección presidencial del 21 de noviembre y la redacción de la Carta Magna que remplazará a la que heredó la dictadura, tarea a cargo de 155 miembros de la Convención Constitucional, quienes tienen un año para concretarla.
Decenas de militares y agentes han sido condenados en Chile por crímenes cometidos en la dictadura, mientras la justicia italiana solicitó en agosto la extradición de tres ex uniformados por el asesinato de dos connacionales durante el régimen de Pinochet.