Con comisiones promedio de 13 dólares por operación o hasta de 20 por ciento del monto enviado, bancos, casas de cambio y remesadoras se han adueñado de un jugoso negocio a costa de las remesas de millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos; sin embargo, el avance de la tecnología amenaza su imperio, pues cada vez son más populares las plataformas que ofrecen “carteras digitales”, desde las cuales es posible mandar dinero entre países de una manera inmediata y barata.
Empresas de tecnología financiera (fintech) como Bitso, Pagaphone, Saldo y Abra, entre otras, ya operan en México con la oferta de esquemas que buscan facilitar el envío de dinero transfronterizo por medio de una aplicación móvil que funciona como cartera digital: se abre una cuenta en EU, se deposita dinero, y es retirado en México por medio de la misma aplicación. Todo de forma instantánea.
De esta forma, se elimina la intermediación, que de acuerdo con datos de la Asociación de Bancos de México, tiene un costo promedio para los migrantes y sus familias de 13.10 dólares por operación, de los cuales, 6.60 se queda en la ventanilla de atención, 3.90 en la remesadora y 2.60 dólares en los bancos y comercios que entregan el dinero en México.
De dicho monto, según el organismo, alrededor de 80 por ciento se queda EU, desde donde llega el 95 por ciento de las remesas que recibe el país, que en 2020, de acuerdo con el Banco de México, ascendieron a 40 mil 600 millones de dólares y a 28 mil 180 millones de dólares en los primeros siete meses de 2021.
Plataformas como Bitso y Abra incursionan en el pago de remesas con el uso de criptomonedas, es decir, mediante su plataforma una persona en EU puede comprar bitcóin y posteriormente un familiar en México puede cambiarlos a pesos y retirarlos. En tanto, PagaPhone y Saldo no recurren a los criptoactivos, dado que basta con un depósito en dólares para luego ser entregados en pesos.
En este esfuerzo por abaratar el envío de remesas, que se han convertido en un auténtico salvavidas para millones de familias de América Latina, El Salvador ha dado el primer paso al adoptar esta semana al bitcóin como moneda de curso legal, que entre otros objetivos busca permitir que los salvadoreños ahorren los 400 millones de dólares que gastan anualmente en comisiones por remesas.
Para esto, el gobierno salvadoreño se apoyó de la plataforma mexicana Bitso (especializada en la compraventa de criptoactivos) como su proveedor de la billetera digital Chivo, desde la cual se realizarán las transacciones en bitcóin o en dólares entre personas y empresas de ese país, o bien, desde cualquier parte del mundo.
Si bien El Salvador ha dado el primer paso oficial, no es un mecanismo totalmente nuevo, pues Bitso ya lo ofrece en México, al grado que de acuerdo con la propia plataforma, durante 2020 procesó alrededor de mil 200 millones de dólares en remesas entre Estados Unidos y México.
Si bien se trata de un mecanismo prácticamente sin costo e instantáneo, también implica riesgos, pues el bitcóin es una activo extremadamente volátil; por ejemplo, durante el martes, la primer jornada de operación en El Salvador, su precio se desplomó 19 por ciento al pasar de 52 mil a 42 mil dólares por unidad, lo que impacta directamente en el monto de la remesa recibida una vez que se cobre.
La transformación en la forma de enviar divisas ya había sido advertida desde 2017 por BBVA en un análisis llamado Remesas: ¿la próxima conquista de 'blockchain'?, donde destacó la creación de startups especializadas en el envío de remesas utilizando criptoactivos como monedas de referencia.