Sería muy recomendable que historiadores mexicanos y españoles, especialistas en la Conquista, elaboraran un documento conjunto aclarando lo que fue ese momento, para sentar las bases de un mejor entendimiento y un futuro más cercano entre España y México, propone el investigador andaluz Esteban Mira Caballos (Carmona, Sevilla, 1966), biógrafo desde hace más de 30 años de Hernán Cortés.
El autor acaba de publicar un libro, bajo el sello Crítica de Editorial Planeta, que arroja nueva luz sobre ese personaje que polariza opiniones y al cual, “más que como héroe o villano, se le debe entender como hombre de su tiempo”, añade el especialista en entrevista con La Jornada.
“Como español –continúa–, me llama mucho la atención la animadversión en México hacia un personaje que murió hace cinco siglos. En España nos arrasó Napoleón hace 200 años y no tenemos animadversión contra él ni hacia los franceses. En Madrid, en los jardines del Palacio de Oriente, hay una estatua de Moctezuma, y no tenemos problema, ni con libertadores como Simón Bolívar, de quien hay estatuas en casi toda España.
“Pero en México se nota que la herida de la Conquista no ha cerrado y, sociológicamente, no puedo explicar el porqué. Es absurdo, pues el pasado fue como fue, las cosas son así. Hace poco visité la Ciudad de México y vi la estatua de Cristóbal Colón toda llena de escupitajos. Ir en contra de la iconografía es propio de talibanes y de extremistas. No tiene ningún sentido la animadversión contra monumentos, estatuas y personas.
“En México dicen: ‘hay corrupción’, y luego: ‘ah, es que Cortés fue un corrupto’; ‘hay violaciones’, ‘ah, pero Cortés era un violador’. Eso choca un poco a los españoles, pues en España, si bien tenemos problemas muy gordos, el tema de la historia lo tenemos asumido”, reitera.
Es más, asegura, “no es cierto que en España tengamos idealizado a Hernán Cortés. Quizá sucedió en tiempos de la dictadura franquista; entonces sí, Cortés era como un padre de la Patria, pero actualmente no. Por ejemplo, la mayoría de mis alumnos no saben si fue un general de Franco, o si luchó en la guerra de Independencia con Napoleón, entonces se les tiene que explicar que fue un conquistador, una persona que fue a América y que hizo cosas.
“En México casi todo el mundo conoce a Hernán Cortés; en España no, ni lo adulamos como si fuera un héroe. Lo vemos como una persona de su tiempo, que destruyó todo un estado tan legítimo como el imperio de los Habsburgo, y ya está; las cosas pasaron como tenían que pasar.”
En desacuerdo con los perdones
Mira Caballos dice que él no es el típico escritor que se lee tres libritos y hace una biografía; él, ante todo, es un investigador que acude siempre a las fuentes primarias y pasa largas horas en los archivos.
Cuenta que Hernán Cortés ha sido la pasión de su la vida: “Llevo 30 años con el personaje, pensando en él desde que tenía ocho o 10 años, desde que lo conocí en un pequeño cómic”. No obstante, aclara, entre sus colegas lo catalogan dentro de la corriente crítica del tema, “porque no niego los horrores de la Conquista; tengo un libro donde describo todos los desmanes que se cometieron en el continente americano, no lo podemos ocultar, pero lo ubico en su contexto histórico.
“No se puede decir que Hernan Cortés fue un sicópata. Era una persona perfectamente aculturada en la Castilla de su tiempo, que se comportó como todo el mundo esperaba que se debía comportar, como un conquistador y, por tanto, fue leal a su gente y a su forma de pensar.
“¿Qué hacía un conquistador? Saquear, violar, ocupar territorios, usurpar, robar; era un guerrero en una nueva frontera cristiana. No podemos entender a Cortés y a los conquistadores si los sacamos de ese contexto.
“Por eso, en este libro, titulado Hernán Cortés: una biografía para el siglo XXI, planteo que se ha sacado al personaje de la historia y se le ha llevado a la leyenda; por eso, mi objetivo es traerlo de vuelta al terreno de la historia, con todo y su personalidad poliédrica. Esta es la clave si queremos entenderlo, no justificarlo, porque la historia no está para juzgar, sino para explicar el pasado.
“Ese es uno de los motivos por los que se criticó tanto en mi país al presidente Andrés Manuel López Obrador cuando mandó su carta donde solicita a España pedir perdón por la Conquista.
“La historia no está para pedir perdón; entraríamos en una vorágine muy absurda en la cual los tlaxcaltecas tendrían que pedir perdón a los mexicas, los tunecinos a los españoles. No tiene sentido.
“Estoy en desacuerdo con los perdones, pero en su carta, AMLO menciona un elemento que me parece importante rescatar: que los conquistadores forman parte del elemento fundacional de México y que, por tanto, sería muy recomendable hacer un documento conjunto aclarando lo que fue la Conquista.
“A esa propuesta sí le echaría el guante, con la condición de que el documento lo hagamos historiadores de ambos países, con nuestras diferencias, pero profesionales. Sería genial tratar de acercarse a la historia sin ideología”, concluyó el investigador.