De acuerdo con datos oficiales, el año pasado 2 millones de mujeres padecieron diversas formas de violencia y 95 mil debieron abandonar su empleo por intimidación y acoso laboral, señaló el presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, Napoleón Gómez Urrutia, durante un foro digital en esa materia, en el que participaron legisladores, integrantes del Poder Judicial y otros funcionarios.
La ministra de la Suprema Corte Norma Lucía Piña resaltó que aunque el marco jurídico y las políticas públicas que buscan proteger a la población femenina son aptas, no son suficientes, por lo que es necesario trabajar para que el acoso y la violencia se erradiquen realmente del país, toda vez que implica un grave daño a la víctima directa y a la sociedad. “Mientras no le demos a ellas el papel que corresponde en la vida pública y laboral, el desarrollo sostenible de todo el mundo no será posible”, refirió.
Al inaugurar el foro virtual Mujeres: violencia y acoso laborales, Gómez Urrutia declaró que se trata de visibilizar las distintas manifestaciones de la violencia laboral y construir propuestas legislativas que acaben con esa práctica que violenta las garantías fundamentales en los centros de trabajo.
Una de las tareas inmediatas de la comisión a su cargo, precisó, es impulsar la ratificación del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reconoce el derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso. Es, dijo, un instrumento que permitirá la defensa y protección de la población femenina ante este fenómeno que adopta diversas formas y causa daños físicos, sicológicos, sexuales y económicos.
Al respecto, la subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado Peralta, respondió que se buscará la pronta ratificación del Convenio 190, ya que México tiene “una política exterior feminista”, que considera a la igualdad de género como un bien de la humanidad y una condición para un mundo pacífico, próspero y sostenible.
La cancillería, agregó, no deja a las mujeres y sus intereses de lado, porque es la única manera de concretar la transformación del país.
En su turno, la legisladora presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, Malú Micher, hizo notar que el acoso sexual y violencia laboral están arraigadas en el sentido común como conductas normales y “por eso nos ha costado tanto a las feministas que sean reconocidas como hechos de violencia”.
Son actos que vulneran el derecho humano al trabajo y la salud, contribuyen a ensanchar las brechas de desigualdad de género y acrecientan la vulnerabilidad.
Pese a los obstáculos, explicó, desde 2006 se incluyó en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, “la hostilidad laboral”, como los actos u omisiones en abuso de poder que dañan la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad.
La senadora Micher y varias de las panelistas formularon un agradecimiento público a la ministra Piña por la reciente resolución de la Suprema Corte que despenaliza el aborto.