Madrid. La Feria del Libro de Madrid se inició ayer marcada en medio de la polémica por el veto impuesto por el gobierno colombiano, del conservador Iván Duque, de no invitar a los autores más críticos con su gestión, sobre todo con la represión contra las manifestaciones populares en los meses recientes.
El acto literario comenzó en el madrileño Parque del Retiro, en esta ocasión marcado por una serie de medidas sanitarias para evitar contagios de Covid-19.
Entre abetos, cipreses y hasta ahuehuetes de origen mexicano se fueron instalando las casetas de editoriales, librerías y de todos los organismos públicos y privados relacionados con la industria editorial. Desde el gremio de los libreros la cita anual se afronta con cierto optimismo, sobre todo después de la larga travesía que ha supuesto la pandemia, que obligó a cancelar la feria el año pasado y a limitar buen número de los actos literarios habituales, en los que los libreros venden más que nunca.
En esta ocasión, el aforo será restringido a casi 4 mil personas, para lo que habrá un sistema de seguridad que limitará la entrada de visitantes en caso de ser necesario. También se intentará mantener la sana distancia, sobre todo dentro de las casetas, donde se impusieron más novedades de control sanitario.
En la inauguración de la feria, además de la visita de la Reina Letizia, se realizó la conferencia inaugural a cargo del escritor y poeta colombiano Dario Jaramillo, quien resaltó en su discurso que la figura del Nobel colombiano Gabriel García Márquez es “una sombra que ilumina, y que es de todos”.
Al encuentro literario, marcado por la citada polémica, acudirán de momento autores como Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Dasso Saldívar, Enrique Serrano, Jorge Franco, Juan Luis Mejía y María Mercedes González. Otros escritores declinaron la invitación por el veto impuesto por la administración de Duque, entre ellos Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Héctor Abad y Piedad Bonnett.