Londres. Gran Bretaña aprobó planes para rechazar los barcos que lleven migrantes indocumentados hasta sus costas, con lo que se profundizó el pulso con Francia sobre cómo lidiar con el aumento de personas que arriesgan la vida al intentar cruzar el Canal de la Mancha en pequeños botes.
París denunció un “chantaje” de Londres y replicó que obligar a los barcos a retornar sería peligroso, tras destacar que “salvaguardar vidas humanas en el mar tiene prioridad sobre la consideración de nacionalidad, estatus y política migratoria”.
Los funcionarios de fronteras serán entrenados para forzar a que los barcos se alejen de aguas británicas, pero desplegarán la nueva táctica sólo cuando lo consideren seguro, indicó un funcionario del gobierno británico que pidió el anonimato.
La secretaria británica del Interior, Priti Patel, dijo a su par francés, Gerald Darmanin, que impedir que la gente llegue desde Francia en pequeñas embarcaciones es su “prioridad”.
Patel ya había irritado al gobierno francés a principios de semana, cuando indicó que Londres podría retener unos 54 millones de libras esterlinas (75 millones de dólares) en fondos que había prometido para ayudar a frenar el flujo de migrantes.
Darmanin replicó que Reino Unido debe respetar tanto la ley marítima como los compromisos asumidos con Francia, que incluyen pagos para ayudar a financiar las patrullas fronterizas marítimas francesas.
“No aceptaremos ninguna práctica que vaya contra la ley marítima, ni el chantaje financiero”, tuiteó el ministro francés.
Downing Street comentó que no hay ningún “chantaje” y el portavoz del premier Boris Johnson aseguró que Londres “trabaja con París en la aplicación de acuerdos”.
Ante el Parlamento, Johnson reafirmó que Reino Unido debe utilizar todos los medios a su alcance para acabar con el “comercio ilegal” de los traficantes que cruzan el Canal de la Mancha.
En las últimas semanas se registraron cifras récord de llegadas de migrantes, alentadas por el buen tiempo.
El lunes llegaron a Gran Bretaña 785 migrantes, lo que lleva el total en lo que va de año a más de 14 mil, frente a 8 mil en todo 2020.
El gobierno británico, que tras el Brexit convirtió el control de la migración en prioridad, quiere imposibilitar estos cruces desde las costas francesas y lleva tiempo presionando para que París redoble sus esfuerzos por igual.
El diputado conservador francés Pierre-Henri Dumont declaró antier a la BBC: “tenemos entre 300 y 400 kilómetros de costa que vigilar día y noche y es imposible poner policías cada 100 metros”.