Austin. El Departamento de Justicia demandó ayer a Texas por una nueva ley estatal que prohíbe la mayoría de los abortos, al argumentar que fue promulgada “en abierto desafío a la Constitución”.
La demanda, presentada en un tribunal federal de la entidad, pide a un juez declarar inválida la ley, impedir su aplicación y proteger los derechos que fueron violados.
“La ley es claramente inconstitucional de acuerdo con los precedentes de la Suprema Corte”, sostuvo el secretario de Justicia, Merrick Garland.
A las autoridades federales les preocupa que otros estados puedan promulgar leyes similares que, según Garland, “privarían a los ciudadanos de sus derechos constitucionales”.
De acuerdo con la Constitución, “un estado no puede prohibir a ninguna mujer la decisión de interrumpir su embarazo antes de la viabilidad”, señala la demanda. “Pero Texas ha hecho precisamente eso”.
La ley, llamada SB8, prohíbe la interrupción del embarazo una vez que los profesionales médicos pueden detectar la actividad cardiaca fetal, lo que normalmente ocurre alrededor de las seis semanas de gestación, antes de que algunas mujeres sepan siquiera que están embarazadas. Los tribunales han impedido que otros estados impongan restricciones similares, pero la ley de Texas difiere porque delega la aplicación de la medida a los ciudadanos privados mediante demandas civiles.
La ley de Texas es el mayor freno del país al aborto desde que la Suprema Corte afirmó en el histórico fallo Roe contra Wade, en 1973, que las mujeres tienen un derecho constitucional al aborto.