París. El presidente francés Emmanuel Macron saludó ayer la figura de Jean-Paul Belmondo, que supo encarnar “una Francia feliz”, durante el homenaje solemne en los Inválidos de París al actor, fallecido el lunes a los 88 años.
“Amamos a Jean-Paul Belmondo porque se nos parece. Era ese hombre entre los hombres”, dijo Macron en presencia de la familia de Belmondo, de sus amigos y pares, actores, actrices y gente del mundo del cine y el teatro francés, y fans.
El actor que labró una carrera legendaria a lo largo de seis décadas forma parte de una “mitología de la Francia feliz”.
“Fueron seis décadas de cine y teatro en las que nos abrazó a todos” explicó el mandatario francés.
Bajo un sol reluciente, en el Patio de Honor del recinto de los Inválidos, reservado para los grandes personajes de la nación, Macron repasó la carrera de Belmondo ante el féretro del actor.
La entrada del ataúd, bajo el redoble des tambores militares, suscitó emoción entre la familia del actor. Sus seis nietos subieron al estrado antes de Macron, para agradecer la ceremonia solemne y las muestras de simpatía de todo el país.
Belmondo fue “inmortal no solamente por sus películas, sino porqué enseñó sus artes” a la generación posterior, recordó Macron.
Entre el público asistente se hallaban estrellas actuales del cine francés como Jean Dujardin, y un millar de fans.
Actor de películas históricas del cine mundial como Sin aliento o Pierrot le Fou, Belmondo supo pasar del blanco y negro al color, de las películas de arte y ensayo a los grandes éxitos de los años 1960 y 1970, “sin pretensiones, sin querer demostrar una tesis, simplemente ahí”, recordó Macron.
“Belmondo encarnó a Francia”, explicó el jefe de Estado.